Aura Rosa Castillo.-
“Una buena noticia es que pese la crítica situación económica del país, seguimos existiendo, seguimos sirviendo al más necesitado”, expresa el padre Laurence Betancourt, director del Hogar de Niños Impedidos (Honim), con sede en barrio El Suspire, entre avenida Morán y avenida Bracamonte de Barquisimeto.
Mantener esta casa hogar –en los actuales momentos- tiene un costo de 20 millones de bolívares. Es mucho, para una obra que se desarrolla sin fines de lucro. “Ahí es cuando se ve manifestada la Divina Providencia”, menciona.
Además de las donaciones de empresas, organizaciones no gubernamentales y particulares, el Honim celebra una verbena anual y el Bono solidario de la caridad, que este año tiene un valor de Bs. 5000, y ya está disponible en todas las parroquias para ello se dispone de puntos de ventas.
Precisa que en el hogar son atendidos 68 personas internas y 15 en una escuelita que funciona en el barrio José Félix Ribas, al oeste de la ciudad. Mensualmente, el Honim recibe un promedio de cuatro solicitudes de ingreso, ha aumentado este año. Sin embargo, se han admitido tres, debido a la misma situación económica, lamenta.
La vertiginosa hiperinflación en el país hace trizas cualquier cantidad de dinero. Afortunadamente esta obra, como toda la de Don Orione, es conocida en el mundo, que aunado a la gran migración de venezolanos hacia el exterior, que conocen la labor, nos aportan.
“Nuestra campaña en el extranjero ha sido fuerte y hemos tenido mucha receptividad, hemos recibido ayuda desde Chile, España, Estados Unidos… gracias a Dios”.
Incluso, una familia radicada en Estados Unidos nos regaló una planta eléctrica de 142 KBA, que tiene un costo de 18.000 dólares, expresa el director del Honim.
Compran los medicamentos en Colombia
La mayoría de las personas atendidas en el Honim requieren tratamiento farmacológico. El consumo de anticonvulsivantes es alto.
Recordó el padre Laurence Betancourt que el año pasado vivieron momentos “muy duros” ante la dificultad para adquirir los medicamentos. Por esa razón, decidieron adquirir los fármacos en Colombia, por supuesto tras reunir informes médicos y todo documento que justificara la compra.
Medicinas como valpron, tegretol, carbamazepina, entre otros, fueron adquiridos a precios más económicos en el vecino país. Por ejemplo, un remedio que aquí en el país cuesta Bs. 45.000 allá se adquiere en Bs. 3.500. Además, se consiguieron donaciones y se cuenta con medicamentos para cubrir dos meses de tratamiento.
Fenobarbital teníamos inventario para todo el año, gracias a Badan, entre otros…
Asimismo, continuamos recibiendo alimentos que administramos de la mejor manera. “Estamos agradecidos con Dios y las personas que han permitido saciar las necesidades de nuestros muchachos.
La obra Don Orione incluye también a la casa hogar Pequeño Cottolengo, añadió el padre Laurence Betancourt.
“Esta es una obra muy bonita dirigida a los más pobres, los más desposeídos y no dudamos que la Divina Providencia está presente”, manifiesta.
Es bueno –reitera- que en tiempos de crisis podamos ofrecer trabajo a 55 personas y cumplirles con los beneficios de ley. “Claro, hemos tenido bajas, algunos se han ido. Pero las plazas son nuevamente ocupadas”.