Anderson Piña Pereira.- “¿Esta es la cola para el gas?”, “¿aquí es donde actualizan el código de Gas Lara?”, “¿en dónde puedo buscar información?”, frases como esas se repiten a cada minuto a las afuera de la nueva sede de Gas Lara, ubicada en la carrera 19 entre calles 31 y 32 en Barquisimeto, donde la falta de información y organización tienen a los usuarios expectantes sobre los mecanismos para acceder a una bombona de gas 18, 27 o 43 kilogramos, que en su mayoría desapareció de los hogares larenses, productos a la escasez del mineral.
Una vocera de empresa estadal, quien se encontraban brindado asesoría, sostenía que una vez de haber cancelado la bombona de gas, tendría un lapso ocho a 15 días para enviar el despacho al destinatario.
Aunque Dilcia Salas es escéptica ante el nuevo método de distribución de gas doméstico empleado por el gobierno regional, a su juicio considera que esta nueva metodología no mejorará el servicio, porque no es la primera vez que lo intentan.
“Ya es la segunda vez que actualizo código, cuando era Gas-Comunal lo hice, pero ahora un representante del CLAP me dice, que para me pueda llegar el gas, debo actualizar el código”.
Salas al igual que gran parte de la región tiene alrededor de cinco meses sin gas, pero además posee dos bombonas de 18 kilos, que prácticamente están de adornos.
Rafael Chávez, quien reside a los alrededores del Parque Ayacucho, también madrugó para buscar información en sede de Gas Lara, pero coincide con Salas, y asevera: “Es imposible que se mejore la distribución de gas, porque las petroleras no están funcionando, entonces ¿cómo te pueden ofrecer algo que no tienen?”.
A pesar de que las cuatro taquillas de la sede de Gas Lara estaban funcionando, no se daban abasto para atender la alta demanda de usuarios, quienes se encontraban desorientados.
En medio de la cobertura también conocimos las opiniones de otros usuarios, quienes indicaron que han pasado casi toda la semana familiarizándose con el nuevo proceso.
Como el caso de María Brizuela, quien había asistido tres veces. “En la primera ocasión vine por el cambio de código de Vengas, la segunda vez asistí para realizar el pedido y conocer la forma de pago, y hoy (ayer), estoy de nuevo haciendo cola para entregar el comprobante de la transferencia, una vez verificado despachaban al otro día”.
Mientras que el caso de Gladys Ramos es muy diferente, porque en los cuatro días que vino, no pudo hacer la diligencia, porque tiene que trabajar y las colas no avanzan.
“No veo gas desde febrero y hasta la fecha he quemado tres cocina eléctricas, así que ya basta, lo que queremos es respuestas oportunas”.