(Reinaldo Gómez). El señor Alfonso Jesús Torrellas, un comerciante informal barquisimetano de 72 años de edad denunció por ante nuestras oficinas de redacción que él y una hermana suya fueron desalojados a la fuerza de su propia casa por un grupo de personas, entre las cuales se cuenta un funcionario policial, personas –aseveró- que se confabularon de alguna manera, según él, para que ello ocurriera de esa forma, hecho del cual acaba de cumplirse un año, sin que, hasta ahora, las diferentes instancias a que ha acudido hayan podido regresarle la posesión de su vivienda.
Explicó el denunciante, quien se califica como “buhonero de toda la vida”, que él y su hermana habían residido todo el tiempo en la casa de la sucesión Torrellas, ubicada en pleno centro de la ciudad, exactamente en la carrera 22, N° 26-64, entre las calles 26 y 27, en la que, además, hay tres locales comerciales.
También habían vivido allí –prosiguió- su esposa, Rosana Ruiz, y sus dos pequeños hijos varones, uno de tres y otro de ocho años de edad.
Denunció Torrellas que tal desalojo tuvo lugar los días 16 y 17 de agosto del año pasado, y mencionó como cabecillas de “esta confabulación” a “varias personas”, de las cuales identificó como “cabecillas” a Esmeralda Ruiz, manzanera del sector; Carlos Augusto Parra, funcionario policial y marido de la anteriormente citada, y José Castillo, “todos ellos con el apoyo de los miembros del Consejo Comunal Ayacucho Cuatro”
Ante una pregunta sobre las razones de tal desalojo “a la fuerza”, dijo Torrellas que “simplemente, que ellos se quieren adueñar de nuestra casa, porque se sienten guapos y apoyados políticamente”.
Y, contestando a otra pregunta, dijo que “nosotros tenemos en regla todos los documentos que nos acreditan como propietarios de la casa”.