El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, recorrió este sábado 10 de septiembre las provincias pakistaníes de Sindh y Baluchistán, arrasadas por las inundaciones, un día después de decir que el mundo está obligado a brindar una ayuda “masiva” al empobrecido país.
La visita se produjo en el segundo y último día del viaje de Guterres a Pakistán, que se ha visto devastado por meses de fuertes lluvias monzónicas e inundaciones. Al menos 1.396 personas han perdido la vida, 12.728 más resultaron heridas y millones se han quedado sin hogar. Las crecidas destruyeron también infraestructura de comunicaciones y carreteras.
Guterres recorrió zonas del distrito de Sukkur, en la provincia sureña de Sindh, y de Osta Mohammad, en la región suroccidental de Baluchistán, algunas de las más afectadas del país.
“Pakistán necesita hoy ayuda financiera masiva para superar esta crisis”, dijo Guterres. “No es una cuestión de generosidad, es una cuestión de justicia”.
Kilómetros (millas) de cultivos de algodón y de caña de azúcar, plantaciones de plátanos y campos de hortalizas quedaron sumergidos por las aguas en las dos provincias. Miles de casas de barro y ladrillo se derrumbaron bajo los aguaceros dejando a sus habitantes sin hogar y obligándolos a refugiarse en tiendas de campaña junto a las carreteras afectadas.
Por el momento, las agencias de la ONU y varios países han enviado casi 60 aviones cargados con ayuda, de los cuales 26 partieron de Emiratos Árabes Unidos, que según las autoridades es uno de los colaboradores más generosos.
Las fuertes lluvias y las inundaciones registradas en la nación desde junio se suman a los problemas del país, que tiene falta de liquidez, y ponen de manifiesto el efecto desproporcionado del cambio climático en las poblaciones empobrecidas.
Los expertos sostienen que Pakistán es responsable de apenas el 0,4% de las emisiones históricas globales a las que se achaca el cambio climático. Estados Unidos es el responsable del 21,5%, China del 16,5% y la Unión Europea del 15%.