El presidente de Kazajistán, Kassym-Jomart Tokayev, anunció el martes 11 de enero que una alianza de seguridad encabezada por Rusia comenzará a retirar sus tropas del país, en dos días, luego de completar su misión.
La Organización del Tratado de la Seguridad Colectiva (OTSC), una alianza militar de seis exnaciones soviéticas, desplegó sus soldados, en su mayoría rusos, en Kazajistán la semana pasada a pedido del presidente en medio de los peores disturbios públicos registrados en el país desde que se independizó de la extinta Unión Soviética hace 30 años.
Las protestas por el fuerte incremento de los precios del combustible comenzaron en el oeste de la nación centroasiática, rica en petróleo y gas, el 2 de enero, y pronto se propagaron por todo el país, con lemas políticos que reflejaban un descontento más amplio con su autoritario gobierno. En los días siguientes, las manifestaciones se tornaron extremadamente violentas, con docenas de civiles y agentes muertos.
En Almaty, la antigua capital y la ciudad más grande del país, los disconformes prendieron fuego a edificios gubernamentales y tomaron brevemente el aeropuerto. Para el fin de semana, los disturbios se habían disipado casi por completo.
Tokayev ha culpado de la situación a “terroristas” con apoyo extranjero e insistió en que su petición a la OTSC estaba justificada.
“Cuando se tomó esta decisión, podríamos haber perdido por completo el control sobre Almaty, que estaba siendo destrozada por los terroristas. Si hubiésemos perdido Almaty, habríamos perdido la capital y todo el país», dijo Tokayev al parlamento kazajo el martes.
Según el mandatario, la OTSC ha cumplido mayoritariamente su misión en el país y comenzará a retirar sus tropas en dos días, en un proceso que no se prolongará por más de 10.
Tokayev nombró a un nuevo primer ministro, Alikhan Smailov, también el martes. El gobierno kazajo renunció en pleno la semana pasada en lo que fue visto como una de las varias concesiones destinadas a calmar las protestas, además de la limitación del precio de los combustibles durante 180 días y la salida de Nursultan Nazarbayev, un antiguo líder, de su influyente puesto al frente del Consejo Nacional de Seguridad.
La vida en Almaty, que fue la ciudad más afectada por la violencia, comenzó a regresar a la normalidad esta semana con la reanudación del transporte público y la reapertura de los centros comerciales.
Un total de 9.900 personas fueron detenidas en todo el país a raíz de los disturbios, explicó el Ministerio del Interior el martes.
Texto y foto: AP