“Mucho antes de salir jubilada ya yo dedicaba tiempo a otras actividades que implicasen ingreso extra para la familia”.
Así lo cuenta la señora Dilcia Silva de Andueza, quien se desempeñó durante 28 años en la administración pública, pero siempre sintió la inquietud –incluso la necesidad- de hacer más, de innovar, de intentar.
“Una vez que salí jubilada, comencé a hacer transporte escolar en mi vehículo particular, pero al poco tiempo ya tenía en marcha mi proyecto de una academia de baile y modelaje”.
Dilcia tenía un propósito, y eso le daba la energía para avanzar en cada fase necesaria. Así hizo realidad la Academia Anthonella, nombre que le puso en homenaje a una de sus nietas.
De aquel entonces han pasado ya 11 años y sigue contando. “Fui armando un equipo de profesores y facilitadores, tanto de baile y danza, como de modelaje. Hoy en día estamos funcionando a plenitud y somos conocidos incluso fuera del estado Lara”.
Esta trabajadora jubilada habla con orgullo. Y no es para menos, porque su resultado es del tamaño del esfuerzo y la dedicación que le puso a ese proyecto que no improvisó, sino que pensó y analizó hasta lograr el equilibrio entre lo que es un sueño, y la realidad.
DESDE SIEMPRE
Ahora en la fase dorada de su vida, Dilcia recuerda que siempre fue decidida a la hora de plantearse un proyecto. Quizá sin saberlo, pero asumiendo esa actitud, cumplía con varios de los valores más importantes de la reinvención: la perseverancia, la capacidad de manejar el riesgo y la incertidumbre.
“Tuve oportunidad de trabajar para una distribuidora de productos de belleza, y con el tiempo llegué a ser gerente de distribución para la zona de Barquisimeto”. La dama no escatima en citar experiencias y anécdotas, y sin siquiera parecer un derroche de petulancia, es la historia de quien siempre ha pensado que tiene potencial.
Otro requisito de la reinvención: conocerse a sí mismo, asumir y explotar las potencialidades propias. Es así como Dilcia ha pasado incluso por los medios de comunicación, cuando vendió publicidad para la revista de la institución para la cual trabajó muchos años: la Policía del estado Lara.
Y vendió muchos más productos, de todo tipo, incursionó en la organización de eventos bailables. Ella, como quien dice criollamente: ha hecho de todo.
Cuando se le pregunta cómo hacer o qué hacer ante estos cambios tan radicales del país, sin titubear responde:
“Hay que tener inventiva e iniciativa propias, y eso va no solamente con las mujeres, sino también con los hombres, pues muchos de ellos, por aquello de que son cabezas de hogar, se desesperan ante la difícil disyuntiva económica que estamos viviendo, y ven pasar los días y las noches en una situación de desespero y hasta desesperanza.
Hay que llenarse de voluntad. Yo creo que cada quién puede dar más de lo que aparenta, incluso más de lo que esa misma persona cree que puede dar.
Mi caso es un ejemplo evidente, y por eso es que hago tal afirmación, sencillamente porque yo he vivido esa realidad”
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Reinaldo Gómez
FOTO: @iamdanisosa