En un país donde las adversidades son muchas y los retos mayores, para Elba Torrealba y su familia, rendirse nunca fue una opción.
Ha vivido en Duaca toda su vida. Su hogar y su familia han sido su único y más dedicado oficio. Mientras que Doménico,su hijo menor, es un ingeniero mecánico graduado cuando la crisis nacional, en pleno auge, prácticamente acabó con las ofertas de trabajo en su área.
La situación les exigía acciones. Había que pensar y decidir, y así lo hicieron. La primera decisión fue desechar la opción de irse del país. Ya que tanto irse o quedarse tenían similares cuotas de riesgo, ¿entonces por qué separarse y si podían arriesgarse juntos?
Adicionalmente, para Elba hay una motivación que se sobrepone a cualquier opción y merece los sacrificios que pueda implicar el quedarse en su tierra: “yo quiero que mi hijo luche y construya su país, que se quede en su tierra”, dice con una seguridad capaz de plantarse ante los miedos más naturales.
En ese contexto y analizando variables: qué tenemos, qué podemos hacer…, o más bien: qué somos capaces de hacer, concluyen que el comercio era lo más viable.
“El local lo teníamos, también unos ahorros, y por supuesto las ganas y la entereza. Sabíamos que habría días buenos y otros no tan buenos, que la comunicación podía fallar y que incluso nos enojaríamos entre nosotros mismos, pero estábamos claros en que comenzar un proyecto desde cero, implica todo eso”.
Elba habla sencillo, pero sabe lo que dice. Probablemente no sepa de teorías, pero en la práctica hace un genuino intento por aplicar los postulados de la reinvención o, al menos, los que a ella mejor le sientan, como por ejemplo entregarse a aquello en lo que cree, aún sin plantearse falsas expectativas.
Y así nació el negocio familiar “La Dinastía Paniccia”, una verdulería que madre e hijo definen como “el mayor reto de su vida”cada mañana cuando suben la santamaría porque el ingeniero y la ama de casa se convierten en los mejores vendedores. Siempre con una sonrisa, aunque no sean días buenos, reciben a todos los que lleguen al local.
Cuando se le pregunta a Elba cómo procesa, como ‘digiere’ ella y su familia este vuelco que dieron a su vida, responde: “no es para nada fácil, (salir) de lo que hemos hecho toda la vida. En mi caso, ser ama de casa, dedicarme únicamente a mi hogar, claro que sentí miedo, no sabía si este negocio funcionaría, si nuestra inversión se perdería”.
Pero más allá de la experiencia comercial, está la personal, y es la dimensión humana de su transformación. Ella se atrevió a salir de la tan mentada “zona de confort”, a tomar decisiones difíciles que hasta significaban hacer algo con lo que no se sentía cómoda. En su caso, está casi segura de que pudo vencer sus miedos.
–¿Cómo llevan los días malos?
–Como en todos los proyectos los días malos no faltan, los días con poca venta o simplemente los días donde los caracteres chocan.
Para estos casos, Elba tiene una fórmula infalible: su FE. En Dios y en la Divina Pastora.
“Todos los días nos encomendamos a Dios y a la virgen Divina Pastora, ellos son quienes nos han ayudado a que este proyecto salga adelante, con su favor ya vamos a cumplir un año”.
EL SECRETO
“Mi familia es lo más importante y verla unida, trabajando y no rindiéndose me llena de orgullo”, comenta la madre de familia que con esfuerzo y dedicación logró que su hijo se graduara, y aunque actualmente no ejerce su carrera se siente orgullosa de verlo forjarse su futuro con la dedicación a su trabajo.
Como toda ama de casa, o digamos pues, que como la gran mayoría, Elba aplica en esta experiencia una infalible estrategia que funciona en el hogar y que es una de las bases de los procesos de reinvención: la disciplina.
Ser disciplinada significa no perder de vista sus objetivos…, el propósito, facilitando canalizar todas las fuerzas a lograrlos y cumplirlo.
Todos los días la pone en práctica, porque aun cuando algunos tengan más predisposición a ser disciplinados (as), nadie nace con esta actitud adherida al ADN.
Cada vez que Elba actúa apegada a lo que cree, refuerza su autoestima y se convierte en fuente de inspiración. En una palabra: se reinventa.
12 MESES
A casi un año del nacimiento de la Dinastía Paniccia, Elba y Doménico siguen trabajando por sí mismos y por el país. De domingo a domingo procuran convencerse de que,si las adversidades son grandes,la voluntad de hacerles frente, debe ser mayor.
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TEXTO Y FOTOS: Douleydis Romero