El izquierdista Gabriel Boric juró el viernes 11-Mar como nuevo presidente de Chile para un periodo de cuatro años, con la promesa de impulsar mejoras sociales y disminuir la desigualdad, de la mano de un gabinete en el que predominan las mujeres.
Boric, que con 36 años se convirtió en el mandatario más joven en la historia de ese país, también estará acompañado de varios exlíderes estudiantiles que, como él, surgieron de las protestas callejeras de 2011 y 2012 y comparten la tarea de cumplir con la profunda transformación del país, que Boric ha prometido.
Asumimos ante Chile la presidencia de nuestro país con toda responsabilidad. Trabajaremos por estar a la altura. #CambioCiudadano
— Gabriel Boric Font (@GabrielBoric) March 11, 2022
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De hecho, tras juramentar a su gabinete de 14 mujeres y 10 hombres, insistió en que «vamos a dar lo mejor de nosotros para estar a la altura de los desafíos que tenemos como país”.
Entre sus premisas destacó que “vamos a expandir los derechos sociales y lo haremos con responsabilidad fiscal». También advirtió que “los cambios los vamos a tener que hacer paso a paso, porque si no el riesgo de retroceder es demasiado grande”.
La nueva generación que llega al poder con Boric también prioriza las medidas medioambientales para hacer frente al cambio climático que azota fuerte al país sudamericano con extensas sequías y la desertificación de ciudades.
Invitados: presentes y ausentes
Después de tomar posesión, Boric regresó al Palacio Presidencial de Cerro Castillo para recibir los honores de la Guardia Presidencial de Carabineros y darle la bienvenida a los jefes de Estado visitantes y a las delegaciones de otros países.
Entre los invitados destacaron los presidentes de Argentina, Alberto Fernández; Bolivia, Luis Arce; Colombia, Iván Duque; Ecuador, Guillermo Lasso; Paraguay, Mario Abdo Benítez; Perú, Pedro Castillo; República Dominicana, Luis Abidaner; y Uruguay, Luis Alberto Lacalle Pou; el Rey de España, Felipe VI y el vicepresidente de Brasil, Hamilton Mourao.
Fueron invitados líderes de la izquierda latinoamericana como el precandidato presidencial, Gustavo Petro y la expresidenta Dilma Roussef, pero aparentemente nadie estaría representado a la Nicaragua de Daniel Ortega o a la Venezuela de Nicolás Maduro.
Por la tarde, volverá a Santiago, en donde ofrecerá su primer discurso como presidente desde uno de los balcones del Palacio de la Moneda (sede presidencial).
El contexto del nuevo presidente
- El gobierno de Boric inicia en medio de un complejo panorama político y económico que incluye una inmigración descontrolada en la frontera norte y un histórico conflicto en el centro-sur, donde la violencia y los ataques se mezclan con demandas territoriales indígenas. Además, Chile enfrenta una inflación no vista en más de una década y se estima que el mayor precio del petróleo impactará fuerte en la cadena de suministros en un país que importa casi todo el crudo.
- En el plano legislativo, su coalición electoral, formada por el izquierdista Frente Amplio y el Partido Comunista, es minoría en el Congreso, con 37 de los 155 diputados y cinco de 50 senadores, por lo que amplió su base de apoyo nombrando en su en su gabinete y en otros cargos a militantes de la centroizquierda para obtener más votos. Sin embargo, aún le faltan tres sufragios para lograr la mayoría simple.
- Boric, un reconocido partidario del diálogo, tendrá que buscar acuerdos para aprobar una reforma tributaria, que incluye más impuestos para los ricos, para recaudar un 5% del Producto Interno Bruto en cuatro años destinado a financiar algunas promesas de campaña como los cambios graduales a los sistemas de salud y de educación, pensiones universales para los adultos mayores, aumentos del salario mínimo y la creación de 500.000 empleos femeninos.
- Su gobierno convivirá con una Convención Constituyente dominada por una mayoría de convencionales izquierdistas que debe proponer este año un borrador de una carta magna para reemplazar a la impuesta por el régimen militar de 1973 a 1990. La propuesta será sometida a un plebiscito obligatorio y, si es aprobada, el Ejecutivo deberá traducir sus lineamientos en proyectos de ley que deben ser aprobados por el Congreso.
- Analistas coinciden en que el gobierno de Boric partirá con muchas presiones populares y una ciudadanía más empoderada tras el estallido social de 2019 que podría no estar dispuesta a esperar por varios de los cambios prometidos, lo que puede llevar a una corta duración de la tradicional “luna de miel” que suelen tener los mandatarios en los primeros meses de gobierno.
Fuente: AP/Agencias
Fotos: AP