Internacionalmente el café ha presentado una tendencia de precios altos. Estas cifras han repercutido directamente en los ingresos recibidos por los productores. Algunos han empezado a enfocarse en conseguir altos volúmenes sobre calidad.
Ya que pueden invertir menos esfuerzo y recursos que serán pagados con precios superiores. A pesar de eso, sacrificar la calidad y la consistencia puede derivar en un deterioro de las relaciones comerciales establecidas o en la pérdida de oportunidades.
La volatilidad en los precios del café siempre ha existido. La mayoría de los viejos productores están acostumbrados a ello.
Internacionalmente se comenta la posibilidad de que el mercado de especialidades desaparezca. Otros creen que se mantendrá en los nichos específicos a los que se dirige. El consumidor siempre va a agradecer y pagar la calidad.
Este año fue atípico para el café, se tuvieron rendimientos muy bajos en Centroamérica, generando incertidumbre alrededor de la producción, sumado a los factores climáticos y de mano de obra.
Muchos productores han tomado la decisión de mantener sus volúmenes de producción, es decir, no aumentar la siembra debido a la incertidumbre climática, los costos de producción y el mercado. También, se han enfocado en mantener los lotes más productivos.
Todo el sector del café está a la expectativa de la cosecha de Brasil y Vietnam, por lo que los precios se están basando en información de reportes institucionales que no reflejan los inventarios reales. En consecuencia, el mercado del café se está basando en la especulación.
La decisión del productor depende de los recursos que tenga, la mano de obra, las condiciones agroclimáticas y otros factores que pueden afectarlo.
Adicionalmente, se dice que es un buen momento para que productores y asociaciones inviertan en sus sistemas de producción. En Colombia, los niveles de producción han incrementado considerablemente y es oportuno que los productores inviertan en prácticas agronómicas sostenibles y resilientes con el fin de mantener una producción de calidad.
A pesar de la coyuntura, se cree que no necesariamente se va a priorizar el volumen sobre la calidad. Muchos productores de especialidad tienen clientes a los que les venden calidad y no volumen. Si deciden hacer este cambio, seguramente los clientes se perderán y con ello todo el trabajo realizado.
Cambiar el enfoque de calidad por volumen no es un enfoque que deban tomar los productores en este momento de bonanza. Los precios altos actuales no indican un precio permanente. Por esta razón, es clave mantener la calidad. La idea del mercado es conservar los clientes que han estado en los momentos difíciles y sostenerlos.
Se han podido comprobar prácticas en los productores que deterioran la calidad del producto con el fin de obtener un mayor beneficio económico. Se ha observado café que no ha completado adecuadamente los procesos de lavado y limpieza, entregando productos de baja calidad para aumentar el volumen.
En la caficultura de pequeña escala la mejor decisión es mantener la calidad. Se debe analizar muy bien hacia dónde va el negocio y cuál es su mejor estrategia según los recursos financieros, costos y manejo agronómico. No se debe arriesgar el mercado y el prestigio ganado. A largo plazo, si los productores optan por irse por el volumen, puede ser riesgoso.
Los productores no se están inclinando en sembrar más, se han dedicado a reinvertir en los sistemas de producción para tener al día los cafetales, de tal forma que el otro año, si aún se tienen precios altos, se puedan consolidar financieramente.
Si los caficultores adoptan prácticas donde se disminuya la calidad, a largo plazo, el riesgo más alto es alejar a los compradores.
Si los productores de café especial se enfocan en el volumen, tendrían que cambiar de clientes perdiendo relaciones consolidadas y mercados importantes. Esto es muy peligroso, ya que se desconoce cuál será el comportamiento del mercado en las próximas cosechas.
Pese a que los precios están altos, muchos vendieron por debajo del valor del mercado actual. Para la próxima cosecha, se espera que el mercado se haya consolidado, logrando una mejora en el precio del café.
Si los precios son más altos, seguramente los consumidores cambiarán su forma de adquirir café y las cafeterías serán quienes tengan que innovar. Supuestamente, la demanda de cafés especiales ha bajado. Actualmente, solo el 10 % de los cafés que se venden son de especialidad y el restante es café de volumen.
Financieramente el mercado del café se ha visto afectado repercutiendo en el proceso de comercialización. Por eso, se dice que es esencial que los productores tengan muy claro el canal de comercialización y mercado al que quieran pertenecer.
Todos los involucrados en la cadena de valor del café buscan alternativas para maximizar sus márgenes y sobrellevar la crisis. Ante los altos precios, algunos productores están pensando en adaptar sus modelos productivos para sacarle provecho a esta situación.
A pesar de eso, priorizar el volumen sobre la calidad puede tener consecuencias a largo plazo para los caficultores, como estar más expuestos a la volatilidad del mercado, deteriorar su reputación o perder clientes. Antes de tomar esta decisión, se debe realizar un análisis cuidadoso de sus beneficios y desventajas.
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