Enmanuel De Sousa.- Jesús Antonio Castañeda Torres salió de su casa este miércoles en Brisas del Obelisco, Barquisimeto, muy temprano en la mañana para hacer sus diligencias; cobrar pensión, comprar medicinas, lo que acostumbraba hacer, pero eran las 12 del mediodía y su familia no sabía nada de él.
La búsqueda de la familia Castañeda Torres comenzó, preguntaron en varios lugares, hicieron llamadas, hasta que uno de los hermanos del entonces desaparecido recordó haber visto una persona tirada en el asfalto de la avenida Florencio Jiménez, cubierta con una sábana, no pudo percatarse de quien se trataba, el fallecido había sido arrollado presuntamente por varios vehículos.
A las 3 de la tarde el hermano regresó a la escena, observó el manchón de sangre y de inmediato recogió un par de zapatos negros, eran los que le habían regalado a Jesús Antonio en diciembre.
La víctima de 72 años había decidido cruzar la avenida a la altura del decanato de Ciencias y Tecnología de la Universidad Central Lisandro Alvarado (UCLA) y cerca del canal del Transbarca, desafortunadamente recibió el impacto.
En morgue del Hospital Central, la familia apenas pudo reconocer el cadáver del septuagenario, pero tenían en su poder el bastón que fue recogido de la escena por los funcionarios de Tránsito, al hombre lo describieron como una persona alegre que le encantaba bailar, además, era “muy devoto de San Antonio”.
A pesar de que en los últimos dos meses han sido atropellados 4 adultos mayores en Barquisimeto, “Nadie sale a matar”, fueron las palabras de su hermano cuando se le preguntó por los posibles responsables del arrollamiento.