El barco de la ONG española Open Arms lleva más de una semana en aguas internacionales esperando a que algún país europeo le permita desembarcar a los 160 migrantes que lleva a bordo, entre los que hay al menos cuatro menores y tres mujeres embarazadas.
La jefa de misión de Open Arms, Anabel Montes, dijo hoy en un vídeo desde la embarcación que «a cada día que pasa aumenta el sufrimiento» de los 160 socorridos y lamentó que «mantenerles en eterna incertidumbre» crea dificultad añadida «a las historias tan crueles y duras que han tenido que soportar».
Montes además mostró su solidaridad con los 165 migrantes que se encuentran a bordo de otro barco humanitario, el Ocean Viking, de las ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) y SOS Mediterráneo, y que también esperan la autorización de entrada en un puerto, reseñó Unión Radio.
«Pedimos a los Estados que sean capaces de organizar un mecanismos para desembarcar y distribuir a todas las personas sin poner en peligro su integridad física como está pasando aquí ahora», expuso.
Igualmente, señaló que las organizaciones humanitarias que salvan vidas en el Mediterráneo no pueden ser abandonadas a su suerte y reiteró que ellas no abandonarán a las personas que navegan en situación precaria en el mar con la intención de llegar a las costas europeas para buscar un futuro mejor.