Lo ocurrido este fin de semana en la sede del Comité Ejecutivo Nacional del partido Acción Democrática (AD), en Caracas, logicamente enfrentó a la militancia dividida -aún más- después de la decisión del TSJ.
El secretario nacional de AD designado por el Supremo, Bernabé Gutiérrez, además de recordar que actualmente él es la autoridad partidista, aseguró que “fuimos los adecos que rescatamos la casa del partido después de que la abandonaran, sin luz y sin agua, invitamos a cualquier periodista para que vea en las condiciones que está la casa del partido”.
Pero Williams Dávila Barrios, diputado de la Asamblea Nacional y dirigente adeco, no sólo rechazo lo que tildó de ataques, con bombas lacrimógenas y cohetones a la mencionada sede, también aseguró que el objetivo de Gutiérrez, a quien calificó de alimaña y oportunista, era secuestrarla.
«Él se prestó a esta dictadura para atacar a sus compañeros y a secuestrar la sede del partido”, sentenció, mientras que Gutiérrez se enfocó en desmentir al diputado Henry Ramos Allup, quien denunció que el ataque fue perpetrado por grupos violentos de colectivos.
“Está engañando al pueblo y a la militancia. Allí no participó ningún colectivo, ni efectivos de la guardia ni de la policía, fueron los propios compañeros adecos que allí se metieron”, replicó Gutiérrez.
Dirigentes como el diputado Juan Guaidó; el secretario general de la OEA, Luis Almagro y el expresidente del gobierno español, Felipe González, rechazaron lo ocurrido y se solidarizaron con la fracción que representa Ramos Allup.
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