«En el caso de Fernando Albán, aún queda mucho por hacer». El hecho de que su cadáver haya sido enterrado, no impide ni elimina la posibilidad de buscar la verdad sobre su muerte, en cualquier otra instancia, medio o incluso procesar la exhumación del cadáver, indica el exmagistrado Román Duque Corredor, en declaraciones para EL INFORMADOR.
Insiste en que todavía hay muchas vías para que la familia, los ciudadanos y el mundo sepa qué pasó con el concejal.
El Gobierno de Venezuela dice que fue una muerte voluntaria, un suicidio. Pero explica Duque Corredor que aunque ese fuese el caso, no exonera la responsabilidad del Estado porque «las personas detenidas están bajo su responsabilidad y el Estado debe impedir que todo detenido atente contra su vida, hasta en acciones como huelgas de hambre. Por ninguna circunstancia los pueden dejar morir».
El jurista apunta que los organismos internacionales, si así lo consideraran, pueden venir a Venezuela a realizar las experticias correspondientes para determinar si la muerte de Albán fue un suicidio o no.
A título personal, el exmagistrado tiene serias dudas de que Albán se haya suicidado. Las declaraciones del ministro Néstor Reverol y las del Fiscal General Tarek William Saab, no le encajan. «Eso hace pensar que en realidad fue un homicidio causado dentro de las instalaciones dentro del Sebin. Fue un crimen de lesa humanidad que se junta al listado de delitos de tortura y de tratos inhumanos que ha señalado el alto comisionado de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas»
«Este capítulo no está cerrado, ni con las declaraciones de quien se dice fiscal, ni con las declaraciones del ministro del Interior, ni con lo dicho por quien funge como presidente de una constituyente ilegítima». Más temprano que tarde, la verdad se va a saber.
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