En un paso significativo hacia la lucha contra la violencia de género, Brasil ha aumentado la pena máxima por feminicidio a 40 años. Esta medida, que se formalizó con la publicación de la nueva ley en el Diario Oficial de la Unión, busca abordar el alarmante número de feminicidios en el país, que alcanzó 1,467 víctimas en 2023, según el último Anuario Brasileño de Seguridad Pública.
La ley, impulsada por la senadora Margareth Buzetti, fue aprobada en septiembre por el Congreso Nacional y establece que el feminicidio, definido como el asesinato de mujeres por su condición de género, se considera un crimen autónomo en el Código Penal. Anteriormente, la pena máxima era de 30 años, mientras que la pena mínima se ha incrementado de 12 a 20 años.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva sancionó la ley, destacando en sus redes sociales que este es un «paso más en la lucha contra el feminicidio en Brasil». Lula enfatizó el compromiso de su gobierno con la causa, mencionando que están en movilización nacional por el Feminicidio Cero.
La nueva legislación también introduce agravantes que podrían aumentar la pena en casos específicos, como el asesinato de madres, parejas o personas con discapacidad. Este enfoque integral busca no solo castigar a los perpetradores, sino también prevenir futuros crímenes.
Las estadísticas son alarmantes: el 63.6% de las víctimas eran afroamericanas y el 71.1% tenía entre 18 y 44 años. Además, el 64.3% de los feminicidios ocurrieron en el hogar, y el 90% de los asesinatos fueron cometidos por hombres con algún tipo de relación con las víctimas. Esta situación ha dejado a siete niños y adolescentes huérfanos por día en Brasil, lo que subraya la urgencia de abordar esta problemática social.