La Cumbre por la Democracia, organizada por Estados Unidos, finalizó este viernes sin acuerdos concretos y con la promesa del presidente Joe Biden, de convocar una nueva cita en 2022.
En la cumbre estuvieron presentes de forma virtual un centenar de países con ausencias notables como China y Rusia.
Biden emplazó a los asistentes a reunirse en un año, a poder ser ya de forma presencial, para revisar el cumplimiento de los compromisos lanzados en estos dos días de discursos, aunque no ha habido un consenso específico alcanzado por los participantes en la cita.
Este foro multilateral concluyó como empezó, con un discurso del anfitrión en el que Biden insistió en la necesidad de seguir colaborando para fortalecer las democracias de amenazas como la desinformación, la corrupción o los autoritarismos.
Consideró que los líderes de los gobiernos tienen la responsabilidad de fortalecer las democracias impulsando reformas dirigidas a la transparencia y la rendición de cuentas y a la resiliencia frente a quienes apuestan por el autoritarismo.
También dijo que es necesario trabajar con el sector privado para combatir la corrupción y construir economías más igualitarias.
A la hora de hablar de los compromisos estadounidenses, Biden habló no sólo de colaborar en el fortalecimiento de las democracias en el mundo, también citó retos nacionales, y en especial el de defender el «sagrado derecho a votar libremente», en un momento en varios estados republicanos han aprobado normas que según denuncian los demócratas restringen dicho derecho.