Los procesadores de crudo del mayor importador del mundo compraron un total de 324 millones de barriles de Irán y Venezuela en 2021, aproximadamente un 53% más que el año anterior, según datos de la firma de inteligencia de mercado Kpler.
Esa es la mayor cantidad comprada desde 2018, cuando China adquirió 352 millones de barriles de las dos naciones, indica un informe de la agencia Bloomberg
Los compradores chinos, particularmente las refinerías privadas, se han beneficiado de la línea dura de Washington sobre Irán y Venezuela con las sanciones y continúan comprando su petróleo mucho después de que sus contrapartes en otras partes de Asia dejaran de hacerlo. El riesgo de que las entidades no estadounidenses pierdan el acceso al sistema financiero estadounidense, o se congelen sus activos en ese país si se les declara culpables de infringir las sanciones, no las ha disuadido.
Un exceso de cargamentos sin vender, el aumento de los precios internacionales que hacen que el crudo sancionado sea relativamente más económico y la emisión de más cuotas de importación de crudo por parte de Pekín, han incentivado a las refinerías privadas a comprar más petróleo de los llamados estados parias. Estos envíos normalmente no aparecen en los datos oficiales de aduanas.
“Este incremento fue provocado por la subida de los precios del crudo, lo que provocó que el petróleo iraní, anecdóticamente, fuera hasta un 10% más barato cuando se entregaba en China”, dijo Anoop Singh, jefe de investigación de petroleros del este de Suez en Braemar ACM Shipbroking Pte Ltd. Por su parte, EE.UU. también relajó la aplicación de sanciones mientras intentaba obtener un acuerdo nuclear con Irán.
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