“Con el reciente incremento de la tarifa urbana y suburbana del transporte público, ahora la carga de la vida se nos hará cada vez más pesada a los educadores venezolanos”.
De esa forma se expresó la profesora Yolka Martínez, al frente de otro grupo de educadores que, además, integraban Liliam Leal, Karla Rivas, Silma Bolívar, Blanca Molero, Alvin Ortega, John Crespo, José Izarra y Carlos Guzmán, en atenta visita a nuestras oficinas de redacción.
Todos ellos dijeron estar afiliados a la Seccional Lara de la Federación Nacional de Educadores Sindicalizados (Fetrasined).
–Nosotros –apuntó la dirigente— no estamos en contra de los transportistas ni contra sus derechos a plantear incremento en las tarifas.
–Pero la pregunta que nos hacemos los educadores es: ¿De qué manera, entonces, vamos a hacer frente a tal incremento, que en la mayoría de los casos representa, a su vez, un gasto diario enorme para todos nosotros, pues la mayoría de los docentes no tienen carro propio.
Comentó la declarante que, incluso, se da el caso de que hay educadores, en una buena proporción, que deben utilizar dos unidades de transporte en la mañana y dos en la tarde, para poder movilizarse desde y hacia sus casas.
–Imagínese usted –recalcó— cuánto significará eso en costos de transporte tanto diario, como semanal y mensualmente.
–Total que, si antes estábamos pasando penurias por la situación país y porque hemos sido despojados de la mayoría de nuestras reivindicaciones, hay que sacar cuentas acerca de cómo vamos a estar en el devenir, pues ahora tendremos que comer menos de lo poco que ya comíamos; ya no podremos comprar zapatos cuando los necesitemos, ni nos podremos vestir adecuadamente.
–Y, de paso, lo más triste es que ese incremento de las tarifas del transporte también está afectando, por un lado, a los empleados y obreros del sector educativo en todo el país, y, por el otro, a todos los venezolanos que requieran de los servicios de transporte.
–Y lo cómico del cuento es que ese reajuste de las tarifas del transporte se ha hecho en base a un supuesto incremento salarial que se decretaría a partir el primero de mayo venidero, un aumento salarial que, en primer lugar, nadie sabe si se irá a hacer realidad o no, y, en segundo lugar, nadie sabe mucho menos de qué monto será.
–Por lo tanto, nuestro reclamo es para que la autoridad, o la instancia, a quien competa se digne tomar en cuenta toda esta situación para que se disponga de un incremento salarial para todos los trabajadores ve4nezolanos, ajustado a la realidad económica actual del país.
Gráfica: Julio Colmenárez