Durante cinco décadas Mireya Pernalete se desempeñó como enfermera en el Hospital Central Universitario Antonio María Pineda, “Hcuamp”, de Barquisimeto. Fue desincorporada en 2006 y 11 años después le pagaron las prestaciones.
Fue el año 2017 cuando le cancelaron el dinero en medio de un inflación brutal devaluándose sus prestaciones a “tres lochas”, declaró El Informador Venezuela, este jueves 12 de mayo.
Ella queda excluida del bono único anunciado por el presidente Nicolás Maduro a quienes se jubilaron a partir de 2018 como una manera de compensar el efecto de las reconversiones monetarias de 2018 y 2021. En la primera eliminó tres ceros y en la segunda seis.
“A mí me desincorporaron en 2006, aunque no quería retirarme. Yo adoro al hospital Hcuamp, allí comencé a trabajar muy joven. En ese tiempo cuando los hospitales eran dotados de todo lo necesario. Hoy día los colegas trabajan con las uñas, la crisis es dura”, expresó Pernalete.
En sus palabras, la enfermería es vocación porque demanda tiempo y dedicación y es justo que el Estado reconozcan sus derechos, dijo.
Sin seguridad social
La aspiración de las enfermeros y enfermeros, como cualquier otro trabajador, es jubilarse con al menos seguridad social que les cubra alguna eventualidad de salud.
No obstante, la realidad es otra para Aidé Machado también fue jubilada en 2017 tras 44 años de servicio, quien expresó: “Nos consideramos estafadas, burladas por el Estado, exigimos justicia, no estamos pidiendo limosna sino que se respeten nuestros derechos.
Cotizamos al Fondo de jubilaciones para tener una vejez segura, pero al contrario somos excluidos rechazadas”, enfatizó.
Insistió en que se comete una injusticia con el ese grupo de enfermeras jubiladas. En su caso, dijo que padece artrosis en ambas rodillas consecuencia de una caída en pleno servicio, que tampoco su considerado como accidente laboral.
“Me operaron hace 13 años y necesito tratamiento, terapias. Mire mis lentes como los tengo, rotos y no he podido comprarlos. Durante 44 años me dedique a los pacientes ahora que necesito, el Estado no se hace responsable”, comentó.
Ser enfermera es sinónimo de mística, expresó Lesbia Sangronis quien en oportunidades tuvo que dejar sus hijos solos en casa, aunque con su comida, ropa y todo listo, para ir a trabajar, manifestó.
“Siempre les hice saber mi vocación de servicio que ellos lograron entender. Aunque en algún momento me reclamaron tiempo. Pese a todo no me arrepiento de ser enfermera”, manifestó.
Tiene catarata y no ha podido operarse
Bella Colmenárez de Alvarado, trabajó 51 años, sus prestaciones las desapareció la inflación y para colmo le diagnosticaron catarata y no ha podido operarse.
En una clínica es demasiado costoso y en el hospital Antonio María Pineda y no hay médico que opere catarata. Fue a Barrio Adentro y está a la esperan de que la llamen. Hay demasiados pacientes, aseveró.
Solicitaron audiencias y fueron atendidas
Las enfermeras jubiladas y activas acompañada de los dirigentes sindicales de trabajadores, Julio Marín y Héctor Mendoza (Sepeel); Alberto Domínguez, (IVSS) marcharon desde el Colegio de Médicos hasta la Dirección de Salud.
Con relación al reclamo de las enfermeras jubiladas antes de 2018, y que consideran deberían percibir el bono único, el secretario de salud, Javier Cabrera, dijo que recibieron la solicitud la cual será elevada a nivel central.
Recordó que el presidente Nicolás Madu roanunció el bono único destinado a jubilados para “equilibrar” las prestaciones tras efecto de la reconversión monetaria.