La estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) reanudó las operaciones de la unidad de craqueo catalítico en la refinería El Palito tras casi un año de paralización.
Así lo aseguraron a Reuters tanto un diputado de la Asamblea Nacional (AN) electa en 2020, William Rodríguez, como siete fuentes familiarizadas con el asunto.
El Palito, la refinería más pequeña del país, está experimentando importantes reparaciones y proyectos de expansión después de un acuerdo de 100 millones de euros firmado con la Empresa Nacional de Refinación y Distribución de Petróleo de Irán (Niordc).
Tiene una capacidad de producción de 146.000 barriles por día (bpd), y la unidad de craqueo catalítico fluidizado (FCC) de la planta ya se reinició con una producción de 20.000 bpd, dijeron trabajadores de la planta.
Según Rodríguez, la unidad podría estar a plena capacidad el lunes, lo que permitiría paliar con prontitud la escasez de gasolina que azota a la población venezolana, especialmente en el interior del país.
Las operaciones inestables y las paradas frecuentes en el sistema de refinación de petróleo de 1,3 millones de bpd de Venezuela han provocado escasez intermitente de combustible en los últimos años, lo que ha obligado a los conductores a hacer cola durante horas para llenar sus tanques.
Irán ha proporcionado al gobierno del presidente Nicolás Maduro combustible y diluyentes para convertir su crudo extrapesado en variedades exportables y desde 2020 suministra repuestos para reparar el circuito de refinación de Venezuela.
Pese a las inversiones y a la importación de combustible, la distribución de combustible no ha logrado normalizarse a sus estándares previos a la pandemia, incluso a pesar de que el gobierno chavista decidió retirar parcialmente el subsidio a la gasolina que permitía surtir a los vehículos a precios irrisorios.
En las últimas semanas, la crisis se ha acrecentado y el descontento social se percibe en el interior del país. Las kilométricas colas han despertado el descontento de la población y las autoridades se han visto en la obligación de ofrecer declaraciones para intentar calmar las aguas, como ocurrió con el gobernador de Lara, Adolfo Pereira, quien pidió «calma» ante la escasez de gasolina.
«Nosotros dependemos de la distribución nacional. La perspectiva es que debe mejorar, pero no sabemos cuándo, porque dependemos del combustible que viene de Pdvsa», explicaba para luego advertir que militares patrullarían la ciudad hasta que cesen las colas.
La reactivación de El Palito puede ayudar a disminuir la escasez de combustible, pero no solucionará el problema, puesto que se trata de la refinería con menor capacidad del país.
Con información de Reuters