La Asamblea Legislativa, prolongó la noche del miércoles por décima tercera ocasión el estado de excepción por 30 días más, con lo que la medida continuará hasta finales de mayo del año en curso.
La medida, que ya cumplió un año de implementación y denominada por el Gobierno del presidente Nayib Bukele como «guerra contra las pandillas, fue aprobado con los votos de 66 miembros del partido oficialista Nuevas Ideas (NI) y formaciones aliadas.
«El régimen de excepción es legal y Constitucional», señaló el diputado Guillermo Gallegos, de la Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA), durante la sesión plenaria en la que fue avalada la medida.
Por su parte, la diputada Claudia Ortiz, del opositor partido Vamos, señaló que durante el régimen de excepción «se han capturado a personas inocentes», para quienes pidió su liberación.
El Ejecutivo de Bukele, a través del Gabinete de Seguridad, solicitó la tarde del miércoles la ampliación del régimen, que la suspende varios derechos constitucionales y que se aprobó originalmente a finales de marzo de 2022 tras una escalada de asesinatos atribuida a las pandillas y que se cobró la vida de más de 80 personas en tres días.
El titular del Ministerio de Seguridad, Gustavo Villatoro, dijo tras la presentación de la solicitud de la ampliación ante el Congreso que el régimen de excepción «es la ruta a seguir para transformar este país».
Señaló que actualmente en el país centroamericano «se registra un promedio de 0,6 homicidios cada día» y que «el 65 % de los 496 asesinatos registrados en el 2022 fueron perpetrados en los primeros 3 meses del año, antes de la implementación de la medida».
De acuerdo con las cifras oficiales, son más de 67.000 personas detenidas, a las que el Gobierno acusa de ser pandilleros.
Las autoridades atribuyen a esta medida y al Plan Control Territorial la caída de los homicidios, que según las cuentas oficiales fueron 496 en 2022, un 57 % menos que en 2021.
El país centroamericano registró en 2015 el año más violento de su historia reciente y en 2016 comenzó a disminuir la cifra de asesinatos, tendencia que se acentuó en el Gobierno de Bukele.