Enmanuel De Sousa.- Un día de las madres haciendo sacrificios por agua. Esa es la historia desde hace bastante tiempo de Gladys Suárez y la de un grupo de señoras de varias comunidades en la parroquia José Gregorio Bastidas de Cabudare, municipio Palavecino.
“Hoy como es el Día de las Madres nos están regalando esta situación, todos los días tengo que venir caminando siete u ocho cuadras desde mi casa a buscar un tobito de agua. Ya no puedo más porque soy una persona de la tercera edad”, dijo Suárez a EL INFORMADOR cuando se encontraba en una cola de la estación de Bombeo El Recreo.
Suárez comentó que desde noviembre no les llega una gota de agua por tubería a su sector El Trigal parte alta, por lo que su rutina y la de sus vecinos, es levantarse a diario a buscar agua para lavar, cocinar y demás necesidades diarias.
Junto a ella, estaba un grupo de cinco madres, incluyendo una embarazada en busca de agua en compañía de otros miembros de sus familias para poder hacer aunque sea cinco viajes al día.
Pero esa calamidad no las involucra sólo a ellas, en la estación de bombeo se observan a diario y a toda hora personas con carretillas, coches de bebés e incluso en los hombros transportar botellones y tobos para sus hogares.
Hay sectores como El Trigal abajo y urbanizaciones aledañas, donde la precaria situación es aliviada con sólo un día del vital líquido cada dos semanas, lo que hace preguntarse qué está pasando.
Todo empeoró a partir de los apagones, comentan los habitantes, comunidades de Las Mercedes se han visto también afectadas en los últimos 25 días.
La estación de bombeo, que suministra agua a La Mora para que después pueda bajar hacia los sectores afectados, no ha podido funcionar con normalidad y apenas una vez en las últimas dos semanas lograron prenderla debido a problemas en su eje.
Bladimir Piña, también afectado, explicó que desde que fue inaugurada la estación no ha logrado abastecer a las comunidades por lo que a su parecer, se necesitan cuatro para bombear a todos los hogares.
Las familias siguen en busca de sobrevivencia y hacen un llamado a Hidrolara y a la gobernadora Carmen Meléndez para que «metan mano» al asunto.