Funcionarios de salud de Irak informaron que los fallecidos por el incendio del hospital docente al-Hussein, en la ciudad de Nasiriyah, en el sur del país ascendieron a 64, mientra más de 100 personas resultaron heridas.
Los angustiados familiares seguían buscando rastros de sus seres queridos este martes en la mañana entre los restos de las calcinadas mantas, y pertenencias dentro de los arrasados restos del pabellón. Se encontró el ennegrecido cráneo de una paciente muerta.
Muchos lloraban abiertamente, con ira, culpando tanto al gobierno provincial de Dhi Qar, donde está Nasiriyah, como al federal de Bagdad por años de mala gestión y negligencias.
“Todo el sistema estatal ha colapsado, ¿y quién pagó el precio? La gente de aquí. Esta gente ha pagado el precio», dijo Haidar al-Askari, que estaba en el lugar del incendio.
Durante la noche, bomberos y rescatistas — muchos de ellos solo con linternas y usando mantas para sofocar los pequeños fuegos que seguían ardiendo algunas zonas — trabajaron sin descanso para registrar el edificio en la oscuridad. Al amanecer, los cadáveres cubiertos con sábanas, yacían tendidos en el exterior del centro.
Las autoridades habían explicado antes que las llamas estuvieron causadas por un cortocircuito, pero no ofrecieron más detalles. Otro funcionario dijo que el fuego comenzó tras estallar un tanque de oxígeno. Los funcionarios hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a informar a reporteros.
El nuevo pabellón, inaugurado hace apenas tres meses, contaba con 70 camas./SYGA
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