El hogar Sagrado Corazón de Jesús no está exento de las necesidades básicas que aquejan al país, 74 abuelos y sus cuidadores han logrado sustentarse gracias a «la Misericordia de Dios»
La alimentación es uno de los factores que más se ha visto afectada, aunque los encargados hacen hasta lo imposible por dar tres comidas al día a los residentes.
Hace poco vivieron una angustiosa situación cuando el gas doméstico se terminó, para poder preparar el almuerzo resolvieron cocinando con leña, explicaron que para poder surtir el gas doméstico «debemos esperar hasta que se acabe, nos dicen que luego de que se termine por completo es que nos van a surtir».
Explican que el costo de este servicio no es exonerado para ellos, aunque muchas veces han solicitado que les ayuden aunque sea con la mitad del costo
La gasolina es una de sus mayores necesidades, necesitan movilizarse para adquirir alimentos y medicinas, o cualquier situación de emergencia que se presente con algunos de los residentes.
Algunos los familiares de los residentes «se ha hecho la vista gorda» en cuanto a las mensualidades y rubros, aún así los abuelos se mantienen en la institución, señalan que aunque tengan que hacer «maromas» mantendrán la institución en pie.
El llamado que hacen es a todas aquellas personas u organizaciones que puedan aportar una mano amiga a este hogar.
«Nuestras puertas están abiertas para los que quieran venir a comprobar nuestra situación», señalaron.
Los continuos cortes eléctricos también han calado en su día a día, ya en dos oportunidades han enviado cartas a la gobernación del estado para que tomen en consideración su situación, pues muchas veces quedan a oscuras por más de 6 horas.
En cuanto a las medidas de higiene explicaron que «se las han ingeniado» para cumplir con ellas, adquirir detergentes y materiales de aseo personal.
«Muchos de los abuelos utilizan pañales y últimamente debemos utilizar pañales de tela lo que implica utilizar más jabón».
Douleydis Romero
Fotos: Ángel Zambrano
