En 2135 un asteroide, de nombre Bennu, se acercará a la Tierra a la mitad de la distancia de la Luna. La gravedad del globo terráqueo modificará con gran probabilidad la trayectoria del mismo y será muy difícil calcular su próxima trayectoria. A pesar de ello, Bennu puede colisionar con la Tierra.
Los investigadores de la agencia espacial utilizaron datos de seguimiento de precisión de la nave espacial Origins (OSIRIS-REx) para comprender los movimientos de Bennu desde ahora hasta el año 2300.
OSIRIS-Rex ha pasado dos años muy cerca del asteroide, recopilando información sobre su tamaño, forma, masa y composición.
Bennu se acercará más a la Tierra en 2135, y los científicos utilizarán ese paso para predecir cómo afectará la gravedad de la Tierra a la trayectoria del asteroide alrededor del Sol y un impacto potencial futuro.
Los científicos examinaron si Bennu pasaría a través de un «ojo de cerradura gravitacional», que son áreas en el espacio con una gran energía que lo empujaría hacia la Tierra.
«El efecto en Bennu es equivalente al peso de tres uvas que actúan constantemente sobre el asteroide; minúsculo, sí, pero significativo para determinar las posibilidades de impacto futuro de Bennu en las décadas y los siglos venideros», dijo Steve Chesley, científico investigador principal del laboratorio de propulsión de la NASA y co-investigador del estudio.
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