El gobierno y la oposición venezolana inician el viernes en la capital mexicana un nuevo proceso de diálogo que buscará zanjar años de confrontación y abrir el camino a una salida negociada a la compleja crisis que padece la nación sudamericana.
Bajo la mediación de Noruega, que hace dos años impulsó un proceso similar que fracasó, los delegados del gobierno de Nicolás Maduro y la oposición, liderada por Juan Guaidó, sostendrán un primer encuentro en el que se firmará un memorando de entendimiento, según indicó el canciller mexicano Marcelo Ebrard, en su cuenta de Twitter.
Durante la primera reunión, las partes esperan definir el plan de trabajo y el cronograma de reuniones para discutir una agenda que tendrá entre los temas centrales el levantamiento de las sanciones económicas que mantiene Estados Unidos contra el gobierno de Maduro y más de medio centenar de funcionarios desde hace cuatro años, la definición de condiciones electorales transparentes y confiables y un cronograma electoral, y el compromiso de que no se recurrirá a acciones violentas ni conspiraciones.
A mediados de la mañana arribó a la capital mexicana el jefe de la delegación del gobierno y presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, para la instalación de la mesa de diálogo, informó el cuerpo legislativo en su cuenta de la red social.
Por el lado de la oposición participarán el exalcalde Gerardo Blyde como jefe de la delegación; Carlos Vecchio, representante de Guaidó en Estados Unidos; los exdiputados Tomás Guanipa, Mariela Magallanes, Luis Aquiles Moreno y Luis Rondón y el dirigente socialcristiano Roberto Enríquez, quien estuvo refugiado por cuatro años en la residencia del embajador de Chile en Caracas
Horas antes de que se iniciara el proceso, Maduro dijo que el gobierno venezolano irá al diálogo «de manera autónoma e independiente, sin chantaje de ningún tipo» para fijar un cronograma electoral y lograr el «entendimiento y la reconciliación nacional».
La declaración del mandatario coincidió con los comentarios que realizó el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, quien afirmó la víspera que «el régimen de Maduro puede crear un camino hacia el alivio de las sanciones permitiendo a los venezolanos participar en elecciones presidenciales, parlamentarias y locales libres y justas que deberían haberse celebrado hace tiempo».
Price planteó que Venezuela requiere que el gobierno de Maduro participe en discusiones sinceras con la oposición que resulten en una «solución negociada integral a la crisis venezolana».
México participará en el proceso como anfitrión del diálogo mientras que Rusia y Holanda actuarán como acompañantes de las delegaciones de Maduro y la oposición.
Washington levantó el mes pasado una sanción para permitir a las compañías no estadounidenses exportar a Venezuela gas licuado de petróleo que es utilizado para cocinar. La decisión fue considerada como un «gesto de buena fe» para promover el diálogo.