Realmente la realidad es incongruente con la actitud del venezolano que subsiste en el territorio nacional…
Es suficientemente conocida la carencia de todo lo que padecemos, nombrarla o describirla es llover sobre mojado.
Por tanto, lo que pretendo es un hacer un hacer llamado a reflexión sobre lo que considero deben hacer quienes aceptaron la autoridad necesaria para solucionar los terribles problemas que aquejan a los ciudadanos, sobre todo quienes menos tienen más sufren.
Esa autoridad conlleva la obligación de cumplir con la responsabilidad pertinente, porque la Constitución y las leyes con sus respectivos reglamentos hacen presumir que hasta la omisión debe ser penalizada imprescriptiblemente, más aún cuando se trata de violación a los derechos Humanos.
El daño físico y muy especialmente el psicológico que se está ocasionando es superior al inmenso daño económico generado, por ejemplo, con el desastre eléctrico.
Supongo incalculable el valor de los artefactos electrodomésticos destruidos por los constantes cortes de energía y las incontroladas subidas de voltaje al restablecerse el suministro eléctrico, y esto viene acompañado con la destrucción de herramientas y equipos, sobre todo de aquellos aparatos electrónicos utilizados para apoyo técnico en la medicina; la computación ha sufrido los estragos del destructor del sistema implementado; programas, trabajos e información invaluables en cuanto a tiempo, profesionalismo y remuneración al trabajo como “DERECHO HUMANO INVIOLABLE”, al igual que el derecho a la vida de algunas personas atadas irremediablemente a un respirador mecánico, tan sólo por citar un ejemplo.
Esto ha sido destruido en un segundo…
«POR UN CORTE ELÉCTRICO O POR LA RECONEXION DEL SERVICIO”
¿Cómo describir la incertidumbre que se vive a la espera de un corte eléctrico?
¿Se ha cuantificado el terror y daños colaterales ocasionados por los constantes cortes eléctricos que no se programan o no se anuncian, así como también, los resultados de las devastadoras reconexiones que han soportado niños, ancianos o simples trabajadores de quienes depende la próxima comida de su familia?
Como Tierra de Gracia que es Venezuela, donde los gobernantes hablan sobre las riquezas infinitamente incalculables que posee, es lógico suponer que con tan sólo cumplir con la autoridad «responsablemente» asumida tendríamos la certeza de que retornaría al país el ansiado bienestar que fue prometido.
La justicia enmarcada en la implementación del Estamento Legal, que respete el Estado de Derecho conforma el camino de la paz…
El verdadero “AMOR” al país imperiosamente debe ser demostrado con hechos, no con palabras y falsas promesas.
“EN EL BIENESTAR COLECTIVO ANIDA EL AMOR A LA PATRIA.”