Este lunes 13 de diciembre, el alto representante para la Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, dijo que están en un modo de “disuasión» para evitar que empiece una crisis, pero que enviarán “la clara señal de que cualquier agresión contra Ucrania tendrá un alto coste para Rusia si ocurre”.
“Ahora estamos intentando hacer el máximo para evitar que esto ocurra”, aseguró Borrell a su llegada a la reunión de ministros de Asuntos Exteriores de la UE en Bruselas.
El encuentro se produce tras la reunión de titulares de Exteriores del G7 -Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Estados Unidos, Japón y Canadá, más la UE- celebrada este fin de semana en Liverpool, en la que se acordó «dar un fuerte respaldo a Ucrania, defendiendo su soberanía e integridad territorial», recordó Borrell.
Los ministros comunitarios no adoptarán hoy, sin embargo, «decisiones concretas sobre sanciones» a Moscú, que ha reforzado su presencia militar en la frontera con Ucrania despertando las alarmas en la UE.
«Estamos estudiando, junto con Estados Unidos y el Reino Unido, qué podría hacerse, cuándo y cómo de manera coordinada, pero no esperen hoy decisiones sobre esto», dijo el jefe de la diplomacia europea.
La respuesta ante una posible agresión a Ucrania por parte de Rusia, que ya fue sancionada por la UE por anexionarse ilegalmente en 2014 la península de Crimea, centrará una reunión en la que además se debatirán la situación en Afganistán, en la zona chipriota de Varosha o en Bielorrusia.