La Reserva Federal se reunirá el miércoles 16 de marzo con una de las tareas más difíciles que le puede tocar a un banco central: aumentar las tasas de interés lo suficiente para enfriar la inflación, pero no tanto para que la economía caiga en recesión.
En momentos en que se extiende la guerra en Europa y la inflación en Estados Unidos llega niveles no vistos en cuatro décadas, el presidente del banco central estadounidense Jerome Powell intentará un “aterrizaje suave”: disminuir la actividad económica lo suficiente para inhibir las alzas de precios, pero al mismo tiempo mantener robustos el mercado laboral y los indicadores económicos.
Aun así, muchos economistas piensan que con los recientes aumentos de precios de combustibles y otros productos, incrementar las tasas terminará asfixiando la economía.
“Para lograr semejante desafío hay que ser muy bueno, pero también hay que tener mucha suerte”, comentó Alan Blinder, economista de la Universidad de Princeton que fue vicepresidente de la Reserva Federal entre 1994 y 1996, época en que según expertos la Fed logró un aterrizaje suave exitosamente.
Como un primer paso, la Reserva Federal se dispone a aumentar las tasas varias veces este año, empezando con un aumento de un cuarto de punto esta semana. También tendrá que decidir cuándo y cómo reducir sus multimillonarias compras de bonos, lo que redundaría en un crédito más restringido tanto para particulares como para empresas.
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