Dos organismos humanitarios de las Naciones Unidas alertaron el jueves sobre el “preocupante” incremento de migrantes que han cruzado la peligrosa jungla del Darién en lo que va del 2023 y señalaron que según Panamá, de continuar esa tendencia, ese flujo irregular podría superar los 400.000 tránsitos al cierre del año.
La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) indicaron en un comunicado conjunto que más 100.000 migrantes utilizaron esa ruta en los primeros meses en camino hacia Norteamérica, una cantidad seis veces mayor a la registrada en igual periodo del 2022, el cual terminó con un récord histórico de casi 250.000 tránsitos.
“Panamá enfrenta una de las crisis de movimientos mixtos más desafiantes de la última década, como parte de un desplazamiento sin precedentes a través de las Américas”, advirtieron esos organismos.
El martes, Estados Unidos, Colombia y Panamá anunciaron que impulsarán una campaña de 60 días destinada a detener esa masiva migración ilegal a través de la peligrosa selva del Darién, en el marco de una reunión en la capital panameña del secretario de Seguridad Nacional estadounidense, Alejandro Mayorkas, y los titulares de Relaciones Exteriores y Seguridad colombianos y panameños.
Aunque no ahondaron en detalles sobre cómo alcanzar ese objetivo, el ministro de Seguridad de Panamá, Juan Pino, dijo después del encuentro que el plan busca, entre otras metas, contener mediante operaciones policiales en la porosa frontera a los grupos del crimen organizado que amasan ganancias ilícitas con ese tráfico humano. Confirmó que implicarían acciones conjuntas entre los tres países.
De acuerdo con las estadísticas del Servicio Nacional de Migración hasta marzo, el tránsito por la selva darienita fue principalmente de venezolanos con 30.250 nacionales de ese país, seguido de 23.640 haitianos, 14.327 ecuatorianos y 3.855 personas procedentes de China. Entre las demás nacionalidades, hay migrantes de Colombia, Perú, la India, Somalia o Camerún.
Los últimos informes mensuales de monitoreo del ACNUR y de la OIM reportan que las personas abandonan sus países de origen, frecuentemente, por motivaciones económicas y por falta de empleo. Más de la mitad de los migrantes señala haber huido de sus países también debido a los niveles generales de inseguridad o amenazas, así como ataques específicos contra ellos y sus familiares.
“Los peligros y niveles de violencia a los que se enfrentan las personas que cruzan el Darién son altamente preocupantes”, dijo Philippa Candler, representante de la Oficina Multipaís de ACNUR en Panamá. “Es urgente trabajar en una solución regional basada en la protección para responder a esta crisis humanitaria sin precedentes en las Américas”
Por su parte, Giuseppe Loprete, jefe del Centro Administrativo Global y Misión OIM Panamá destacó que muchos migrantes “han perdido la vida o han desaparecido” en el intento de cruzar la jungla de Darién. Otros, recalca, han logrado atravesarlo, pero “ahora tienen problemas de salud importantes”. “Nos preocupa que las personas que están pensando hacer esta travesía no estén al tanto de los peligros asociados a esta ruta”, agregó.
Fuente: AP