Son las mejores, si algunas madres en el mundo entero merecen tal calificativo en el sentido integral de la palabra, son las venezolanas… En las buenas y en las malas.
La gran mayoría de quienes se han formado en hogares venezolanos difícilmente podrán olvidar –es más: No deben haberlo olvidado— el papel, el rol, que ha significado para ellos y ante ellos la presencia de las respectivas madres en cada uno de tales hogares.
Y, parafraseando a un portal venezolano, nos adherimos al concepto de que las madres venezolanas son emprendedoras, valientes, luchadoras, guerreras y, por sobre todas las cosas, amorosas, muy amorosas, no solamente con sus propios hijos, sino también hasta con los hijos del vecino, o de la vecina.
Solitarias, o en parejas, las madres venezolanas, a través de toda la historia, han venido también dando muestras de una virtud verdaderamente asombrosa y admirable: Una abnegación “a prueba de balas”, pudiéramos asegurar, para expresarlo en buen criollo.
En las madres venezolanas, las dificultades en el camino llegan hasta a convertirse en parte de la rutina diaria.
Así, en Venezuela, ¿Qué madre no ha llegado en algún momento a tener, no uno, sino muchos obstáculos en el quehacer diario?
Muchas, por supuesto, incluso independientemente del sector socio-económico al cual se pertenezca.
Y esa abnegación ha venido siendo incluso puesta a una muy exigente prueba durante los últimos años, cuando el país enfrenta lo que tal vez es la mayor y más grave crisis social, política y económica de su historia, con la aparición de problemas y de penurias que jamás ni nunca se habían visto en Venezuela.
Pues bien, aún así, las venezolanas siguen siendo lo que son: Las mejores madres del mundo.
Un abrazo enorme y mil besos para todas ellas, al conmemorarse su día, este domingo 14 de mayo.
Reinaldo Gómez