Luego de largos meses tratando de evitar un rebrote, Israel anunció este domingo que el país deberá someterse, a partir del viernes 18, y durante tres semanas, a un nuevo confinamiento para frenar la segunda oleada del coronavirus.
El Gobierno israelí advertía desde hace semanas con la posibilidad de un nuevo cierre total.
Mientras para algunos no era más que una amenaza para conseguir una mayor adhesión social a las normas de distanciamiento, otros se lo tomaron más en serio y esperaban con terror las cifras diarias de nuevos casos.
Las autoridades sanitarias advirtieron de que habría un nuevo confinamiento si se superaban los 2.000 positivos diarios. Se superaron durante semanas, y señalaron entonces que esperarían a ver si bajaban.
Hoy, tras superarse la semana pasada los 4.000 contagios en 24 horas, con los hospitales encaminados a la saturación y la cifra de casos graves en alza, el confinamiento finalmente se convirtió en realidad.
En principio serán tres semanas, del 18 de septiembre al 9 de octubre y, tal como sucedió con el cierre de abril durante la festividad de Pésaj (Pascua), coincidirá con tres celebraciones religiosas muy importantes: Rosh Hashaná (Año Nuevo judío), Yom Kipur (Día del Perdón) y Sucot (los Tabernáculos).
«Sé que estas medidas tienen un coste alto para todos nosotros», dijo el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, tras anunciar la decisión.
«Pero solo si cumplimos las reglas, y confío en que lo haremos, derrotaremos al virus», agregó, antes de abordar el avión que lo llevará a Washington para firmar, el próximo día 15 en la Casa Blanca, los acuerdos de establecimiento de lazos diplomáticos con Emiratos Árabes Unidos y Baréin.
Foto: vía RTVE.es