Las malas noticias para Evo Morales lo son también para el gobierno de Nicolás Maduro, ya que «bajo su mando, Bolivia se había convertido en una fuente importante de apoyo político para la Venezuela chavista», explica Geoff Ramsey, subdirector del centro de análisis Washington Office of Latin America (WOLA), consultado por BBC.com
Phil Gunson, analista de International Crisis Group, dice que «seguro que lo ocurrido va a tener un impacto en Venezuela», especialmente en un momento en que la coyuntura internacional había girado a favor de los intereses del gobierno.
«Con la victoria de Alberto Fernández en Argentina, el gobierno de López Obrador en México y los problemas que tienen Sebastián Piñera en Chile y Lenín Moreno en Ecuador, sentían que la bajada de la marea socialista en el continente se revertía», opina Gunson.
Además, con la salida del asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, el gobierno de Donald Trump en Estados Unidos parecía ahora menos volcado en Venezuela.
Gunson subraya además que la renuncia de Morales llega en un momento que «en el gobierno venezolano percibían que el efecto Guaidó empezaba a desinflarse», algo que ya detectan algunos de los pocos sondeos de opinión que se realizan en Venezuela.
La renuncia de Morales se produce en un momento en que Guaidó intenta arrastrar de nuevo a la gente a la calle para presionar a Maduro, pero la asistencia a las movilizaciones convocadas por el líder opositor se ha ido reduciendo paulatinamente y en las últimas ha sido escasa.
Gunson señala la importancia de la protesta del próximo día 16. «Ahí veremos si la oposición recupera algo de su poder de convocatoria».
Para Ramsey, la experiencia boliviana es un ejemplo de cómo la «movilización popular, junto con el Ejército, pueden derrocar a un líder que ha cometido fraude».
Sin embargo, lo ocurrido en Bolivia también puede reabrir debates difíciles en la oposición venezolana.
Allí, los rivales de Morales parecen en disposición de acabar con su gobierno después de haber salido derrotados de una elección en la que denunciaron irregularidades por parte del oficialismo, mientras que en Venezuela la oposición mayoritaria ha optado en las últimas citas electorales por no presentarse alegando falta de garantías, una estrategia que tiene críticos incluso dentro de sus propias filas.
Gunson indica que «será clave la lectura de lo ocurrido en Bolivia que haga la dirigencia opositora», ya que pueden llegar a la conclusión de que «quizá valga la pena presentarse a una elección, aunque sea para perderla y utilizarla después como palanca para llegar al gobierno».
Cuán crítica es Bolivia para Maduro
La caída de Morales será la de un aliado incondicional del chavismo en América Latina. En sus más de 13 años en el poder, el gobernante indígena se alineó siempre con Hugo Chávez primero y con Nicolás Maduro después.
En la época en la que los gobiernos contrarios a Maduro del Grupo de Lima redoblaron la presión diplomática, Morales siempre se mantuvo fiel.
¿Puede interpretarse su final como un presagio como del de Maduro?
Gunson alerta a quienes quieren dar por derrotado prematuramente a Morales y recuerda lo sucedido en Venezuela en abril de 2002, cuando Chávez fue momentáneamente apartado del poder por una intentona de sus rivales.
«Él también dejó de ser presidente y a los pocos días regresó».
Pero más importante quizá que el pasado sea el peso real de Bolivia en la escena internacional. Ramsey afirma que «hay países que tienen mucha mayor importancia para Maduro por el apoyo económico que le prestan, como Cuba o Rusia», afirma.
«Lo que suceda en Bolivia no será una amenaza existencial para él».