-En muchos casos, el cerebro de una persona se intoxica, o se puede intoxicar, cuando esa persona se enfoca en pensamientos negativos por cuanto debido a ello, la química de nuestro cerebro cambia, pues las conexiones igualmente cambian y ello lanza al individuo a una situación de alto estrés, vale decir, como lo define la Real Academia de la Lengua: Tensión provocada por situaciones agobiantes que originan reacciones sicosomáticas o trastornos fisiológicos, graves algunas veces.
Tal fue la aseveración de la licenciada Rayda Alvarado, al hablar hoy en la sede del Colegio de Médicos del Estado Lara, en el marco del XIII Congreso Pineda, sobre el tema “La desintoxicación cerebral”.
Más adelante, la experta detalló:
-En una primera fase, se debe estar alerta ante este síntoma, pero, luego, se pasa a una segunda y hasta a una tercera etapa de ese mismo stress, que ya vienen a ser tóxicas debido a los esquemas negativos de pensamiento que están en nosotros, o en esa persona afectada.
-Se requiere entonces identificar–añadió- esos esquemas tóxicos y sustituirlos por esquemas saludables relacionados con detectar las situaciones difíciles desde un pensamiento objetivo que nos saque de la dramatización y nos lleve a un filosofía de vida más esperanzadora, pues hay que recordar un dicho que señala que siempre hay flores en el pantano.
Por último, precisó la disertante explicó: La ola de pensamientos negativos genera lo que los médicos llaman Cortisol, lo que, en un estado crónico, puede inflamar algunos órganos de nuestro cuerpo, y, subsecuentemente, nos puede conducir a una enfermedad física, y no mental, como, por ejemplo, la arterioesclerosis, en razón de lo cual, en cualquiera de los casos, hay que buscar y aplicar tratamiento médico.
Reinaldo Gómez