La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) dieron a conocer que alrededor de 2.000 millones de personas en todo el mundo dependen de instalaciones sanitarias que carecen de servicios básicos como el agua.
Estas precariedades se revelan de forma aún más dramática en momentos como el de la pandemia actual, en el que pacientes y trabajadores sanitarios corren un mayor riesgo de contagio.
«Una instalación sin agua corriente, saneamiento e higiene equivale a enviar a médicos y enfermeras al trabajo sin equipamiento de protección personal», destacó el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien subrayó que estos servicios básicos son fundamentales frente al virus.
El informe indica que una de cada cuatro instalaciones sanitarias en el planeta no tiene agua, una de cada tres no permite una adecuada higiene de manos y una de cada diez no tiene servicios de saneamiento (por ejemplo, baños con una red de alcantarillado).
Además, una de cada tres no lleva a cabo una segura separación de los residuos generados.
La situación es especialmente grave en los 47 países con menor índice de desarrollo, donde la mitad de estos espacios no tienen agua potable y más de la mitad carecen de servicios de saneamiento básico.
Con información de Unión Radi
Foto: Prensa Unicef