La investigación entorno al fallecimiento de dos hombres después de sufrir un accidente de tránsito en la vía a San Antonio del Táchira conmocionó a los habitantes, mucho más después de conocerse que una de las víctimas tenía una herida de bala en el cuello.
De acuerdo con la información manejada por La nación, el hombre fue identificado como Miguel Ángel González Gómez de 26 años de edad y nacionalidad venezolana, de ocupación comerciante, y al parecer nativo del estado Mérida, pero residenciado en el barrio Bonilla, en el municipio Pedro María Ureña.
Pero el portal web reseñó que se trataría de un presunto jefe de la guerrilla del ELN que el jueves, poco después del mediodía, tras una discusión con uno de sus compañeros, fue abaleado en el cuello, casi a quemarropa, es decir, a muy corta distancia. El balazo habría sido desde atrás, con orificio de salida en el cuello, agregó.
Aunque se maneja que el hecho se registró en una trocha fronteriza, no se ha logrado determinar cuál, indicó La Nación.
—Esta situación –continuó- habría originado la rápida reacción de sus hombres, que en el acto lo subieron a la camioneta (blindada) Fortuner, blanca, con la intención de llevarlo lo más rápido posible a un centro asistencial para que le brindaran auxilio.
Explicó también que, con el hombre herido, no solo iba su chofer, también estaba su guardaespaldas.
Ambos habrían huido del lugar, abandonando al agonizante González en la camioneta, después de que chocaran el vehículo en el que se movilizaba la otra víctima: Eduardo Colmenares Finol, de 83 años de edad.
Un reductor de velocidad
También se aclaró que no fue un bache en la carretera, aunado al exceso de velocidad que llevaba la Fortuner, el que ocasionó el trágico suceso.
“El conductor de la camioneta iba a tal velocidad que al llegar al ‘policía acostado´ no tuvo tiempo de disminuir, sino que ese obstáculo, prácticamente, la sacó por los aires y al no poderla controlar, se coleó y chocó de frente con la camioneta que conducía el señor, la cual quedó como metida entre el monte, a un costado de la vía”, relató la fuente a La Nación.
Mientras González murió desangrado en el suelo, a donde llegó quizá tratando de salir del vehículo o producto de la violenta maniobra de la Fortuner, la otra víctima falleció al volante de la Terios, donde quedó atrapada.
Dijo finalmente la fuente que, por supuesto, tanto el chofer como el escolta del presunto subversivo están siendo activamente buscados, “pues deben responder por lo que hicieron y responder otras interrogantes”.
Fuente: La Nación