El amor es un sentimiento que nos complementa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear. Así lo define la Real Academia Española (RAE). Sin embargo, a la luz de muchas teorías, la definición pudiera no ser tan sencilla.
El presidente del Colegio de Psicologos del estado Lara, Gerardo Sánchez (@gerardosan_73), explica que “no hay” una definición universal del amor, ya que es un concepto social, cultural e histórico.
“Por lo tanto, en diferentes épocas y culturas, eso que nosotros aquí en occidente, en Venezuela, llamamos amor, adquiere diferentes concepciones, diferentes formas de interpretarlo y de concebirlo en correspondencia con el momento histórico que se está viviendo y la cultura en la cual nos encontremos”, dijo el especialista.
En ese sentido, comenta que muchas veces son las concepciones individuales sobre el amor, o particulares de una familia o un grupo social, las que de alguna forma generan los conflictos, ya que estas no van a ser iguales en todas las personas.
“Cambian de persona a persona, de cultura a cultura y de familia en familia, y es cuando tratamos de imponer nuestra concepción del amor, de la sexualidad y de la relación entre amor y sexualidad, que comienzan a surgir los conflictos entre las personas y las parejas”, enfatiza.
El amor no siempre es exclusividad
Sánchez también explica que no existe en los seres humanos una forma única y universal de concebir la exclusividad en las relaciones de pareja.
“Hoy en día, y precisamente desde hace unas décadas, aunque ya estas expresiones de las relaciones de parejas estaban presentes; ahora son más evidentes, han variado de esa relación única para toda la vida, exclusiva y dónde además se guardaba eso que llamamos fidelidad. Es decir, la exclusividad entre la pareja está cambiando y de ahí, surgen concepciones como la swinger”.
A este criterio se une el licenciado en psicología y filosofía, Freddy Suárez (@psico.freddy), quien explica que no se trata de que el amor tenga que ser exclusivo, sino, de si la pareja desea que la relación lo sea o no. Aunque aclara que debe ser en libertad y sin coacción.
“Todo lo relacionado con la pareja, lo decide la pareja, y son ellos quienes tienen que construir cómo va a ser su relación”, dijo.
¿Qué es el swinger?
“Es aquella práctica en la que una pareja que tiene una relación amorosa, romántica y sexual, decide intercambiar con otra pareja. Debe existir consenso de ambas partes sin coacción y sin amenaza”. Así lo define la psicóloga y magister en Orientación y Sexología, Andrea Gil (@sexagil).
Gil y otros tres especialistas consultados por El Informador Venezuela, coincidieron en que el swinger no se considera como una infidelidad, debido a que se trata de una práctica sin coacción y desde el acuerdo.
Incluso, la médico sexóloga, Elisa Hernández (@drelisahernandezv), explica que la infidelidad “es que yo esté haciendo algo oculto, sin que la persona se dé cuenta, engañándolo (a) con otra persona. Pero si lo sabe y yo se lo comento y él o ella está de acuerdo, entonces no se pone al pie con el término de infidelidad, porque no hay mentira”.
Hernández también comenta que en esta práctica se busca “experimentar otras emociones desde el punto de vista sexual”, las cuales no tienen nada que ver con el romanticismo. “El intercambio es prácticamente de cuerpo y de sensaciones, no de amor”.
¿Hay normas en esta práctica?
Las normas en el swinger generalmente son definidas entre las parejas. Sin embargo, existen algunas que se consideran básicas para la práctica. Desde el punto de vista de la Dra. Hernández, estas son:
- Los dos integrantes deben estar de acuerdo.
- No debe haber agresión física.
- Debe usarse preservativo.
- No puede existir ningún tipo de romanticismo.
Por su parte, la también especialista en relaciones de pareja, Andrea Gil, recomienda cuatro normas que complementan a las ya mencionadas.
- No tomarse esta práctica como un salvavidas de la relación.
- Evitar hacerla con personas que estén ligadas al entorno habitual de la pareja.
- Reservar algo único y especial con la pareja.
- Delimitar lo que evite más adelante incomodidades. Qué cosas pueden tolerar y qué cosas no.
¿Cuáles son los beneficios y riesgos?
De acuerdo con Gil, los beneficios de esta práctica en una pareja estable es la conexión y la unión, además de sentirse libres y sin juicios estando en una relación. Explica que esto se debe a que uno de los aspectos que manifiestan las personas que sienten deseo sexual por terceros, es una sensación de sentirse presos.
En cuanto a los riesgos, expresa que uno de los más importantes a los que se puede someter una pareja en el swinger, es que, como consecuencia de la práctica, a pesar de haber estado de acuerdo con las normas y límites, es el hecho de que se desencadenen inseguridades en ambas partes y/o de forma individual.
“Se desencadenen inseguridades que a lo mejor antes no se habían identificado y empiecen a cuestionarse de forma individual (…) y a partir de esas inseguridades, evidentemente desencadenar o explotar conflictos qué tal vez antes no existían o no se habían tocado en la relación de pareja”.
También existe la posibilidad de contraer algún tipo de enfermedad de transmisión sexual, por lo que es muy importante que se compruebe la salud de esas otras personas con las que se va a practicar dicho acto.
Asimismo, explica que uno de los riesgos que tiene mucho peso a la relación de pareja, es el hecho de que se empiece a necesitar de esta práctica para que pueda existir actividad sexual. Es decir, que se establezca como una condición y que ya no sea una variante o una alternativa a la relación sexual.
“Este ha sido el riesgo más fuerte que me ha tocado trabajar en consulta. Cuando ya se convierte como en una constante, en una necesidad, que ya es algo fijo y se pueda perder esa posibilidad de disfrutar en ternura, en placer y en satisfacción sexual únicamente con la pareja sin que se involucren terceros”.
¿Los tríos también se consideran un acto swinger?
La magíster en Orientación de la Conducta, con diplomado en Orientación Clínica de Parejas, Elisa Hernández, explica que el trío sexual no es una actividad swinger, aunque aclara que se puede experimentar dentro de esta práctica.
“El trío puede que se dé dentro del swinger, es decir, yo estoy con mi pareja, puedo hacer el acto sexual con otra y mi pareja me ve. Puede que participe y puede que no. Sin embargo, está dentro o inmerso del swinger, no es que voy a estar con él y solamente voy a contratar a una mujer o a un hombre, porque eso deja de ser swinger”.
Un tipo de relación que no es para todos
Antes de entrar al mundo swinger, es importante tener en cuenta que no es una práctica para todas las personas, ya que los integrantes de la pareja deben tener mucha madurez, además de llevar un diálogo abierto y sincero.
“Es para personas que tengan una relación muy bien definida y que tengan muy claro lo que quieren dentro de la relación. Son personas con bastante estabilidad emocional y que puedan diferenciar entre lo que sienten y lo que no sienten por una persona”, comenta el psicólogo, Freddy Suárez.
Recuerda que, en este tipo de relaciones estables, los otros miembros que acuden no forman parte de la pareja, ya que es un acto de intimidad sin ningún tipo de trascendencia en lo amoroso.
¿El sexo puede llegar a ser un detonante para terminar una relación estable?
“Sí, y esto tiene un sentido. Debe conjugarse lo que es la intimidad y el sexo en la relación de pareja, porque si no, ya no tiene sentido (…) Cómo quieran, e incluso, la frecuencia que decidan tenerlo, pero cuando ya no está el sexo involucrado, se rompe el criterio de relación de pareja y evidentemente genera conflicto”, dijo la sexóloga, Gil.
Comenta que esto ocurre sobre todo cuando la falta de sexo o la negativa al ejercicio de la función sexual es de una sola de las partes, y es cuando surgen otros problemas: “a lo mejor yo, precisamente para no caer en la infidelidad, prefiero terminar la relación, porque puedo respetar los motivos por los que que tú no quieras tener encuentros sexuales conmigo”.
Asimismo, al preguntarle si como consecuencia de la práctica del swinger la pareja puede terminar separándose, respondió tajantemente que sí, e incluso, comentó que pasa más de lo que debería porque pueden surgir inseguridades que la persona no sabía que tenía.
Otra razón es que “se caen en el error de concepto de que si mi pareja está permitiendo el intercambio, quiere decir que ella o él está de acuerdo en que yo tenga relaciones con otras personas, y se generaliza, y desde allí puedan fallarse en los acuerdos e incluso caer en infidelidades”.
Desde el punto de vista psicológico, el swinger es parte de las formas válidas y diversas en las cuales podemos expresar un tipo de amor. Sin embargo, se puede convertir en un problema cuando tratamos de imponer o de manipular a la otra persona para que acepte nuestra forma de concebir dicho sentimiento.
Sharon Guédez