El pasado 31 de enero se produjo, por primera vez en cuatro años, una deportación del estado alemán Sajonia a Venezuela. El deportado fue Renny G., quien vivía en Chemnitz, y cuya familia, que también vivía allí, intentó impedir su deportación.
El joven de 24 años vivía en Alemania desde 2021, y su solicitud de asilo fue rechazada el año pasado por ser «manifiestamente infundada».
Dave Schmidtke, del Consejo Sajón para los Refugiados, aseguró que esto significa que «las autoridades alemanas están rechazando a personas de un país en el que se está produciendo el segundo mayor movimiento de refugiados del mundo, porque la opresión política y la crisis de hambre no dejan de aumentar».
Por su parte, Lorelvis Zavala, de la organización Venezolanos en Sajonia, señala que «actualmente se está haciendo propaganda para hacer creer al mundo que las cosas van bien en Venezuela. Pero la gente del país sabe que muchos Estados están interesados en mantener relaciones políticas con Venezuela únicamente por sus riquezas naturales, como el petróleo y los minerales. Especialmente tras la guerra rusa contra Ucrania, donde muchos gobiernos buscan fuentes alternativas de materias primas».