A los pacientes, familiares y personal del Hospital Central Universitario Antonio María Pineda en Barquisimeto, les parece extraño el “maquillaje” exprés que desde este jueves se realiza en las instalaciones del primer centro asistencial de la región, cuyo deterioro en infraestructura y servicios, ha sido denunciado en reiteradas veces en los medios de comunicación, sin cambios importantes al respecto.
Desde muy temprano se observó una cuadrilla que cambiaba los bombillos quemados, aplicaba capas de pinturas en algunas paredes y reparaba aires acondicionados y ascensores que por meses estuvieron en desuso.
Asimismo se observó la llegada de varias gandolas con supuesto cargamento de medicinas, insumos médicos, lencería, artículos de limpieza e higiene personal, mobiliario hospitalario y equipos para los servicios de mayor demanda.
En las áreas principales como emergencia, maternidad y morgue, hubo limpieza exhaustiva, con desinfectantes y químicos que las camareras tenían mucho tiempo sin usar, pues es de conocimiento público que el aseo sólo lo realizan con agua y algunas veces con vinagre.
En horas de la tarde se confirmó que al Hospital Pediátrico Agustín Zubillaga se realizó una dotación de material médico quirúrgico y medicamentos.
César Gil tiene 18 días en el área de la emergencia, su papá está hospitalizado.
“Esto ha sido una pesadilla, el olor es putrefacto, las camareras limpian cuando ya tienen la soga al cuello, nosotros mismos tenemos que cargar agua para medio asear y que no se contaminen nuestros familiares. Mi papá entró con dos dedos del pie para amputarle y aquí se contaminó tanto que van a quitarle la pierna completa. Hoy ver todo este movimiento es muy extraño”.
Fuentes consultadas por EL INFORMADOR aseguran que la limpieza y los arreglos apresurados se deben a una posible visita de la Misión Técnica de la Organización de Naciones Unidas (ONU) enviada a Venezuela por la Alta Comisionada de Derechos Humanos, Michelle Bachelet. Esta visita se daría en cinco hospitales del interior del país y en Barquisimeto, estarían mañana sábado.
“Si pretenden disfrazar una crisis, se equivocan porque aquí vamos a estar todos para decir la verdad”, dice Elena Díaz, una mujer que tiene más de una semana con su hija de 16 años hospitalizada por convulsiones. Ha tenido más de 40 episodios y asegura que los médicos no le colocan ningún medicamento, “sólo me dicen que debo esperar que se le pase”.
Las autoridades del hospital,deben exigir,por lo menos que se dote de medicamentos, instrumentos y equipos médicos y de limpieza y no esperar que venga un funcionario de alto cargo nacional o extranjero para aliviar el deterioro en que se encuentran las instalaciones sanitarias.