Tras presidir la celebración de la Pasión de Cristo en la basílica de San Pedro del Vaticano, el Papa Francisco rompió la tradición y no se tendió en el suelo del templo a rezar como es costumbre de dicha liturgia solemne.
El pontífice argentino entró al templo en procesión y presentando un leve, pero evidente cojeo, rezó de pie ante la tumba de Pedro, para luego sentarse en un sillón. Según los medios, el papa aqueja un dolor en la rodilla desde hace un tiempo.
En los años anteriores el hombre de 85 años de edad, se tumbaba completamente sobre una alfombra extendida en el pavimento de la basílica para rezar.
Como cada año, la homilía corrió a cargo del predicador de la Casa Pontificia, el cardenal capuchino Raniero Cantalamessa, que alertó del relativismo moderno, citando a J.R.R Tolkien, creador de «El Señor de los Anillos», y al existencialista Søren Kierkegaard.
Antes, en una basílica envuelta en un clima sobrio de penitencia, tres diáconos cantaron la lectura de la Pasión de Cristo según San Juan y después se procedió a la adoración de la Cruz.
Una vez terminada esta solemne liturgia en el templo vaticano, el papa se dirigirá al Coliseo de Roma para presidir el tradicional Vía Crucis de Viernes Santo ante miles de fieles, tras dos años en los que este acto fue suspendido por la pandemia y reemplazado por una procesión reducida en una plaza de San Pedro desierta.
Fuente: Unión Radio