La administración de Nicolás Maduro, a través del canciller Yván Gil, rechazó las declaraciones del G7, alianza que pidió permitir la presencia de acompañamiento en las elecciones presidenciales del 28 de julio. En respuesta, el funcionario expresó que el G7 exhibe un liderazgo pobre y ridículo, rechazando sus prácticas coloniales y su intromisión en asuntos que no les conciernen.
La respuesta de la administración de Maduro se produjo horas después de que el G7 exigiera el fin del acoso a los miembros de la oposición, la liberación inmediata de todos los presos políticos y la presencia de observadores internacionales en el proceso electoral. Yván Gil afirmó que la democracia revolucionaria de Venezuela demostrará que son libres y soberanos, y que los lacayos de la oposición no prevalecerán.
El G7 ha expresado su preocupación por la falta de avances tras la firma del acuerdo de Barbados, especialmente a poco más de un mes de la celebración de los comicios en Venezuela. Por su parte, la oposición, representada por María Corina Machado, ha calificado el comunicado del G7 como un «apoyo inequívoco» a la democracia.
Estas declaraciones reflejan la tensión y el rechazo mutuo entre la administración de Maduro y el G7, así como la importancia que la comunidad internacional otorga a la transparencia y la legitimidad de las elecciones en Venezuela.
El decadente imperialismo jamás había tenido tan pobre y ridículo liderazgo como el que hoy exhibe el G7.
Rechazados por sus propios pueblos pretenden recurrir a prácticas coloniales y meterse en asuntos que no le conciernen.
Nuestra Democracia Revolucionaria les dirá este 28… pic.twitter.com/BwQMDvCZq3
— Yvan Gil (@yvangil) June 14, 2024