Este martes el portal del Vaticano informó que el barco hospital Papa Francisco, que desde hace un año ha recorrido el río Amazonas para ofrecer ayuda médica, se unió a la lucha contra el coronavirus en esa región.
“No podríamos estar fuera de esta lucha. Nos unimos, nos reorganizamos en nuestros servicios para que juntos luchemos contra el COVID-19”, explicó Fray Joel Sousa, miembro de la coordinación del barco, en una entrevistada citada por Vatican News.
Con 32 metros de eslora, el barco cuenta con 23 profesionales de la salud.
El barco tiene salas de rayos X, mamografía, ecocardiograma, pruebas de esfuerzo, sala de operaciones, laboratorio de análisis, farmacia, sala de vacunación, consultorios médicos, consultorios oftalmológicos y odontológicos, así como camas de internación.
“Estamos atendiendo principalmente los síntomas gripales y los síntomas de COVID-19 leves. El médico hace las consultas y también entregamos los medicamentos, junto con la secretaría de salud local”, explicó el religioso.
La pandemia está diezmando a las comunidades indígenas de América Latina, blanco perfecto del coronavirus por sus precarias defensas ante enfermedades y la desatención estatal histórica de que son objeto.
Las cifras de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) hablaban a mediados de junio de al menos 20.000 indígenas infectados en la cuenca del río Amazonas, que abarca Brasil, Perú, Colombia, Bolivia, Ecuador, Venezuela, Guyana y Surinam.
“Estos grupos viven tanto en aldeas aisladas con acceso mínimo a servicios sanitarios como en ciudades densamente pobladas como Manaos (en Brasil), Iquitos (en Perú) o Leticia (en Colombia)”, precisó su directora, Clarissa Etienne.
La construcción de la embarcación fue posible gracias a un acuerdo con el Estado brasileño de Pará, que aportó las indemnizaciones pagadas por las empresas Shell química y Basf, a raíz de un accidente ambiental que causó 60 víctimas y daños considerables.
Foto: vía Vatican News