En medio del sepelio de Alberto Fujimori, expresidente de Perú, un grupo de familiares que fueron víctimas de militares en las matanzas de Barrios Altos y Cantuta, aseguraron que el exmandatario murió sin pedir perdón por ese hecho, el cual le costó 25 años de cárcel.
La despedida del octogenario expresidente ha estado marcada por un notable contraste entre la multitud que acude a su velorio y la soledad del repudio a la cuestionada década que estuvo en el poder en 1990.
El exmandatario de Perú, que gobernó entre 1990 y 2000 en plena crisis por la hiperinflación y la violencia de Sendero Luminoso, murió el miércoles a los 86 años en su vivienda de Lima después de recibir tratamiento contra un cáncer de boca.
Para Carmen Amaro, hermana de una de las 10 víctimas del caso Cantuta (1992), Fujimori partió sin cumplir toda su condena y con un juicio en curso por la muerte de seis campesinos ejecutados por militares en Pativilca, al norte de Lima en 1992.
Las matanzas fueron cometidas por un escuadrón de la muerte del ejército, conocido informalmente como Grupo Colina y encargado de «operaciones especiales» de inteligencia en el marco de la lucha contra las guerrillas y el terrorismo de Sendero Luminoso bajo el gobierno de Fujimori, según determinó la justicia.
La justicia concluyó además que los 25 muertos en Barrios Altos y Cantuta eran inocentes y no pertenecían a un grupo terrorista.
La vicepresidenta de la Asociación de Familiares Asesinados Perseguidos, Adelina García, indicó que «Fujimori se fue con su conciencia muy sucia porque se llevó las lágrimas de muchas personas».
El presidente de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), que investigó los años de violencia política en Perú (1980-2000), deploró la decisión del gobierno de declarar duelo nacional.
«Lo que molesta más (a quienes defienden los derechos humanos) es la actitud de los funcionarios del Estado, que en lugar de defender la democracia y justicia declaran tres días de duelo nacional», aseveró el filósofo Salomón Lerner Febres, que dirigió la CVR en aquel entonces.
El conflicto interno o «guerra contra el terrorismo» -como se denominó oficialmente- dejó más de 69.000 muertos y 21.000 desaparecidos en el período 1980-2000, la gran mayoría civiles, según la CVR.
Con información de La Razón