¡Desidiotízate! | Por: Leandro Rodríguez Linárez < El Informador Venezuela
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¡Desidiotízate! | Por: Leandro Rodríguez Linárez

Leandro Rodríguez Linárez

Como politólogo podemos comprender la patología política/social que ha significado el chavismo para Venezuela. Pero como venezolano cuesta un mundo aceptarlo. Los niveles de forzada perdurabilidad en los que se encuentra inmerso el chavismo mucho tienen que ver con la ideologización, con sus efectos de enajenación de la venezolanidad y la ciudadanía. Una vez más las ideologías en política han hecho un daño colosal, tal cual una bomba atómica.

Las ideologías en política son un arma de doble filo en las que inevitablemente terminan autoflagelándose sus acólitos. El mundo está colmado de ejemplos, pero para no irnos tan lejos nuestra nación sirve como una vitrina excepcional. El chavismo terminó siendo peor a todo aquello que se atrevió criticar (cuata república), no conforme, sigue generando penurias muchísimo peores a las que encontró. No olvidemos. Todo comenzó con un tenue matiz ideológico que a la postre terminó haciendo metástasis, carcomiendo nuestra verdadera identidad nacional. Hoy en Venezuela vivimos como sí estuviéramos en una nación distante, grisácea, comunistoide, donde el ser humano está empujado a una militancia obligada, a una indignante sobrevivencia.

Quienes viven el mundo a través de gríngolas ideológicas creen solo un “gobierno de izquierda” otorga políticas sociales justas. Que los “gobiernos de derecha” solo velan por el bienestar de empresarios. Ese mundo maniqueo, absurdo, hace de la política un caldo de cultivo para que gobernantes y políticos en general estén predestinados a la manipulación de sus crédulas masas. Qué pensarán los “ideologizados” cuando se enteran que Suecia, país con gobierno de nomenclatura socialista, mete las manos en los bolsillos de los ciudadanos obligándolos a pagar hasta el 60% de todos sus ingresos en impuestos, como sí fuera el peor régimen neoliberal. Sencillamente esa sociedad comprendió la política debe ser pragmática, cientista, no idílica.

Los países nórdicos poseen organizaciones políticas que aún conservan sus referencias de derecha, izquierda, centro y todas sus conjugaciones. Pero ello es simplemente nomenclatura. Las ideologías no caben en una sociedad madura, donde los recursos del Estado son producto del esfuerzo, del trabajo del pueblo, por ende, se han visto obligados superar las ideologías políticas por ser fuente de excusas, de catastróficas solidaridades automáticas, de amalgamiento de visceralidad. Por tal motivo, sea cual sea el nombre de la organización política nórdica, todas al momento de realizar su oferta electoral y de hacer política pública giran sus acciones en torno a las necesidades reales de sus sociedades. Ello explica las altas abstenciones en esos procesos electorales. Esos ciudadanos poseen un nivel de conformidad tan elevando con sus políticos que, prácticamente, quien gane les resulta igual. Saben que tendrán un gobernante casado con lo que realmente necesitan, desideologizado… Eso se llama ¡Madurez Política!

El chavismo, de la mano de los Castro, ha sabido utilizar de forma magistral la perversidad de las ideologías. Por eso osó realizar atrevidas y antagónicas mezcolanzas como “socialismo bolivariano”. Desde luego, forzando semejante discrepancia a la par de un populismo salvaje como nunca antes lo había registrado la historia de la humanidad… compra conciencia pues.

Los políticos/gobernantes no son seres supremos, eternos. Mucho menos comandantes de civiles. Tampoco son seres incuestionables, insustituibles como hacen creer todas las ideologías sean de izquierda o de derecha. Al final, todas terminan siendo lo mismo al tratar de justificar la permanencia en el poder de una élite política que se transforma en cogollos. En las nuevas élites económicas. Desidioticémonos y veremos, desde el presidente hasta los concejales, exactamente lo que son: simples empleados públicos obligados dar resultados positivos sin que tengan lugar las excusas en las que se escudan “ideológicamente”. Aprendamos a los nórdicos, gobernante que no sirva, que se excuse, es execrado de la actividad pública.

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