El martes 12E la estatal Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), el mayor centro de investigación médica de Latinoamérica, confirmó la identificación y circulación de una nueva cepa del coronavirus originaria en el estado brasileño de Amazonas.
La situación empeora en esa entidad, particularmente en su capital, Mananos, debido a la falta de oxígeno hospitalario.
Más contagioso
Se trata de la misma variante que llegó a Japón después de que cuatro viajeros japoneses visitaran la región amazónica de ese país y, según el subdirector de investigación de Fiocruz Amazonía, Felipe Naveca, la nueva cepa presenta una serie de mutaciones inéditas.
Una nota técnica divulgada ese día señala que las muestras analizadas en los japoneses acumularon un número «inusual» de alteraciones genéticas, más allá de las observadas en la llamada proteína Spike y que se «asemejan al patrón observado» en las variantes identificadas en el Reino Unido y Sudáfrica, la otra nación del mundo donde se ha detectado una mutación del patógeno.
El Ministerio de Salud brasileño ya había confirmado que Japón identificó en los cuatro viajeros la nueva cepa, que posee doce mutaciones, lo que implica un mayor potencial de transmisión del virus.
Fiocruz explica que las mutaciones detectadas son un “fenómeno reciente, probablemente ocurrido entre diciembre de 2020 y enero de 2021”, y “pueden ser representantes de un virus potencialmente de un linaje emergente en Brasil”.
La variante detectada en el Amazonas se trata de la segunda inédita del coronavirus identificada en Brasil. A finales del pasado diciembre, un grupo de investigadores detectó una variación del patógeno en el estado de Río de Janeiro, que es, al lado del Amazonas, una de las regiones más golpeadas por la emergencia sanitaria en el gigante suramericano.
Contexto
El ministro de Salud de Brasil, el general Eduardo Pazuello, ha reconocido que la situación del sistema de salud de Manaos, la capital del estado de Amazonas, es «extremadamente grave», recordando a la crisis que sufrió la ciudad durante el mes de abril de 2020, cuando las imágenes de fosas comunes en cementerios abarrotados dieron la vuelta al mundo.
Con unos 210 millones de habitantes, el gigante suramericano es uno de los países más castigados por la pandemia de coronavirus, con casi 205.000 muertos y cerca de 8,2 millones de casos confirmados de la enfermedad.
Y mientras, el presidente Jair Bolsonaro insiste en minimizar los riesgos de la pandemia y se niega a dar fechas para el comienzo de las vacunaciones.
Con información de Agencias
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