LA POLÍTICA.
“Mi ideal político es el democrático…
Todo el mundo debe ser respetado como persona y nadie debe ser divinizado”.
Albert Einstein (1879 – 1955)
Convertido incluso en un icono de la cultura popular, Albert Einstein fue un físico alemán que dedicó su vida al estudio de las leyes que rigen el comportamiento del Universo.
Sus trabajos fueron clave para asentar las bases de la física moderna, la relatividad, la cuántica y también para entender mejor todo aquello relacionado con la cosmología.
Después de un periodo laboral como profesor durante dos años, Einstein empezó a trabajar en la Oficina Suiza de Patentes. Mientras, trabajó en su tesis doctoral que presentaría en 1905. Fue a partir de ese momento cuando se dedicó a escribir artículos, que empezaron a despertar el interés de la comunidad científica.
El tercero de estos artículos fue donde se expuso la teoría de la relatividad en la que estuvo trabajando durante varios años. Apoyándose en esta teoría, Einstein pudo comprender la naturaleza de muchos procesos de la naturaleza, desde los movimientos de los planetas hasta
razón de existir de la gravedad.
Su reconocimiento a nivel mundial llegó en el año 1919, cuando las teorías llegaron a oídos de los integrantes de distintas sociedades científicas. Todo esto se culminó en 1921, año en el que ganó el Premio Nobel de Física gracias a su trabajo sobre el efecto fotoeléctrico, que constituyó las bases de la mecánica cuántica.
En 1939, Einstein advirtió a Franklin D. Roosevelt, el entonces presidente de los Estados Unidos, de que los alemanes podían estar trabajando en la creación de una bomba nuclear. Esto provocó que el Gobierno estadounidense iniciara el “Proyecto Manhattan”, en el que se usó la información y los estudios de Einstein para la obtención de la bomba atómica.
Einstein se arrepintió de qué sus estudios hubieran sido utilizados para la obtención de un arma de esas características, aunque declaró que estuvo aliviado de que los nazis no lo hubieran hecho primero.
Fuente: medicoplus.com
Considero que la política es una de las profesiones más nobles que existen, cuando se ejerce con probidad y gallardía, a pesar de las controversias que ocasiono, cuando amigos y conocidos dicen que mi trabajo es político, porque desde siempre he dicho que no soy político, que no acepto que se me tilde como tal, que mi albedrio es que no soy político y porque las mismas palabras a veces tienen diferentes significados, por ejemplo:
“No es lo mismo ser un pobre hombre… que ser un hombre pobre.”
Tal vez ese criterio esté basado en mi ignorancia política, trato de que mis actividades en defensa de la Constitución Nacional, las leyes y reglamentos de la República, y muy especialmente, en la defensa de los Derechos Humanos estén basados en la lógica y la razón que me induzcan a actuar con sensatez, y ese es el llamado que hago al estamento político que asume el liderazgo de conducir los destinos de la patria.
Llevamos más de veintiún años en lo que podemos definir como caída libre en cuanto a la situación económica y por ende social se refiere. Es innegable la destrucción del bienestar social que el país había alcanzado y que lo había llevado a la cúspide de las mejores estadísticas, que al respecto se hacen en Latinoamérica y en el mundo, para luego dolorosamente constatar que estamos entre las peores economías y las mayores pobrezas cuantificadas en el globo terráqueo y la excusa del bloqueo económico contradice a lo que observamos en las calles con la gran cantidad de costosos autos de último modelo circulando, en los nuevos establecimiento expendedores de todo tipo de artículos importados y en el ostentoso nuevo riquísmo de un sector de la población mientras profesionales, técnicos y mano de obra calificada que pertenecían a la clase media se empobrecen aceleradamente, entre una hiperestaflación arrolladora.
“Se bien que no es fácil,
pero creo que es hora de empezar a actuar con probidad y sensatez.”