La doctora Deyanira Gentile es directiva del Colegio de Médicos del estado Lara, intelectual profunda en el análisis sociopolítico, luchadora incansable que antepone su compromiso democrático ante cualquier contingencia cotidiana, pero su virtud más importante es la humildad y la solidaridad con la cual emprende sus actividades grupales.
Es medico reconocida por su gran capacidad profesional dentro de su gremio y líder indispensable, según la clasificación de Bertol Brecht. Es coordinadora en materia de salud dentro del Grupo de Análisis del Movimiento DECODE y hoy nos ofrece su diagnostico sobre el problema médico asistencial en Venezuela.
LA SALUD ES MUCHO MAS QUE NO ESTAR ENFERMO
Venezuela vive la peor crisis social y humana de su historia, millones de venezolanos la sufren diariamente.
Así iniciábamos los documentos donde denunciábamos la situación hace 6 años. Después de años de denuncias y protestas sobre el deterioro progresivo del sector salud, que para ese momento se encontraba ya en una crisis humanitaria compleja.
La organización mundial de la salud define a esta como un completo estado de bienestar biológico, mental y social, y no meramente a la ausencia de enfermedades. La CBRV establece que la salud es derecho fundamental como parte del derecho a la vida, que es obligación del Estado dar cumplimiento a lo contemplado en sus artículos 83 al 85 y corresponde a los gremios a través de los Colegios de Médicos del país, participar activamente en la promoción y defensa de este derecho, como consta en tratados internacionales suscritos por Venezuela, enalteciendo los propósitos de la ciencia y la medicina, al proteger los intereses de la sociedad en la prevención de enfermedades, en el tratamiento oportuno de las mismas y rehabilitación de calidad.
Al no disponer de espacios para el Dialogo Social, la Federación Médica venezolana, los Colegios de Médicos, la Academia Nacional de Medicina, distintas organizaciones como PROVEA, CODEVIDA, nos hemos visto en la necesidad de denunciar la inoperatividad del 80% del sistema de salud, sin medicamentos e insumos en cantidad suficiente para la atención de la población, sin servicios de laboratorio, los pacientes deben realizarse los exámenes solicitados fuera de las instituciones a las que acuden en demanda de atención, costeados por ellos o sus familiares, incluidos los necesarios para procesar los derivados sanguíneos, para realizar transfusiones. Situación similar se presenta con radiología, no se dispone de material para realizar rayos X, ni siquiera en casos de fractura debiendo trasladarse fuera de las instituciones ni tampoco de tomógrafos para diagnósticos más complejos, en nuestro hospital central. Aquí en Barquisimeto, no se dispone del mismo desde el 2011.
Esta situación está originada por la baja asignación presupuestaría al sector salud, solo el 1.4 del PIB es asignado a este, estando en manos de la Misión Barrio Adentro el 60% de este presupuesto. Esta misión que surgió del convenio Cuba-Venezuela debía garantizar la atención del 80% por ciento de la población, descongestionando la red de hospitales. Pero en su génesis esta misión solo ofrece atención por médicos que no son especialistas, y precisamente la medicina en manos de especialistas es que tiene capacidad resolutiva de las patologías, por lo cual consultan los pacientes. Por ello al no ser resuelto su problema, buscaran la evaluación por especialistas que se encuentran en la red tradicional y en los hospitales, porque los CDI y los consultorios ofrecen solo consultas de medicina general, solo hay consultas especializadas en puntuales centros de salud.
BARRIÓ ADENTRO NO CUMPLIO
Por eso nosotros nos referimos al fracaso de la misión Barrio Adentro.
¿Entonces los convenios a quien convienen?
El paciente y sus familiares según relatan organizaciones no gubernamentales y evidenciado por nosotros como prestadores del servicio al acudir a un centro de salud deben disponer de recursos para adquirir los insumos y medicamentos básicos para su atención de manera ambulatoria, lo cual se incrementa si amerita hospitalización o en caso de ameritar una intervención quirúrgica.
Si nos remitimos a lo que expresábamos anteriormente el traslado a los pacientes de manera indirecta, en forma de solicitud de medicamentos que no disponen las instituciones, para que el personal asistencial pueda curarlo, es inconstitucional por no cumplimiento de la obligación del estado y no es responsabilidad de médicos, enfermeras y otros, que solo disponen de sus conocimientos para atenderlos.
Situación por demás grave, si tomamos en cuenta que la población venezolana se encuentra en condiciones de pobreza y se encuentra en la disyuntiva entre alimentarse, para subsistir, con niveles de desnutrición no solo en niños y ancianos, sino en la población adulta, o comprar medicamentos.
MEDICOS Y PARAMEDICOS TRABAJAJAMOS EN CONDICIONES INADECUADAS
Esta situación nos ha llevado a trabajar en unas condiciones que no son idóneas para médicos, enfermeras ni pacientes, no podemos ejercer un acto médico para el cual nos preparamos. A esto se suma los sueldos y salarios que devengamos, que son alrededor de 20 dólares mensuales, al igual que todos los trabajadores de la administración pública. Reviste especial gravedad cuando se trata de residentes e internos, médicos rurales, que deben por la naturaleza de su trabajo, dedicar horas de trabajo en los centros públicos, algunos a dedicación exclusiva, por lo tanto, dependen de este ingreso. Estas dos situaciones han generado una migración tanto externa como interna, buscando mejores condiciones de trabajo, para lo cual nos formamos y una mejor calidad de vida. Se estima la migración externa de 50 mil o más médicos en Venezuela y un número similar de enfermeras. En el caso de los especialistas perdemos un recurso que toma más de 10 años formarse, y en el caso del médico recién egresado se pierde un recurso que constituiría la generación de relevo a formarse con la calidad que se le imprime al médico venezolano, reconocida a nivel mundial. Talento que podría estar al servicio de la población venezolana, además de la consiguiente disminución del recurso humano para atenderlos.
FALTA DE REGISTROS
No se llevan tampoco registros de esta situación ni tampoco indicadores de salud, que orientarían las políticas a establecerse. Ni ningún proyecto ni a corto, mediano o a largo plazo que lleven a su resolución. Solo observamos declaraciones responsabilizando a las sanciones internacionales, el no poder asignar un mayor presupuesto al sector y a la no adquisición de medicamentos e insumos, reactivos de laboratorio, a la no adquisición de equipos necesarios, aunque sabemos que las sanciones no aplican para su adquisición. El presupuesto para salud, debería integrar los recursos fiscales, las cotizaciones obligatorias por Ley (IVSS) ´recursos provenientes de la renta petrolera y en caso de disminución del aporte de la misma, recursos provenientes de la minería que son abundantes. Pero observamos que, ante las afirmaciones de no contar con recursos para la salud, menos para un salario digno que permita frenar la diáspora de profesionales en el sector, observamos la adquisición de artículos suntuosos, un estilo de vida lujoso de la dirigencia del país, frente a una población empobrecida que no puede satisfacer sus necesidades básicas, como alimentación y el cuidado de su salud, entonces nos preguntamos: ¿Son selectivas las sanciones?
EL ANTES Y EL HOY EN SALUD PUBLICA
Venezuela tuvo en el pasado programas de salud , aplicados a nuestra realidad, que fueron copiados por otros países, que son perfectibles y susceptibles de ser actualizados que reposan allí a la espera de ser puestos nuevamente en práctica, en sustitución del modelo actual importado de otros países que no tuvo éxito ni lo tendrá pues no es cónsono con la práctica de la medicina de calidad que se merece el venezolano, que no aguanta más estas condiciones deplorables del sistema de salud.
Permanecemos en el País muchos médicos que constituimos una reserva en talento, en su mayoría de la tercera edad, forjadores de generaciones de médicos, tan apreciados en otros países, dispuestos a poner sus conocimientos y experiencia a la construcción de un sistema de salud justo y de calidad como merece Venezuela.
Jorge Euclides Ramírez
Foto: Cortesía