Muchos virus pueden cruzar la placenta e infectar al feto en el útero, y existen pruebas crecientes de que el coronavirus a veces también puede hacerlo.
Investigadores en Italia estudiaron a 31 mujeres con COVID-19 que dieron a luz en marzo y abril y encontraron señales del virus en varias muestras de sangre del cordón umbilical, la placenta y en un caso en la leche materna. Pero esta clase de test solo puede detectar rastros de material genético: no significa la presencia de un virus capaz de provocar infección en esos lugares.
En un caso, las pruebas indicaron que el reciñen nacido tenía el virus al nacer porque se encontraron signos en la sangre del cordón umbilical y en la placenta. En otro, el recién nacido tenía ciertos anticuerpos al coronavirus incapaces de cruzar la placenta, por lo que no podían provenir de la madre.
Un informe francés presentó pruebas aún más fuertes de infección en el útero, y el recién nacido estaba muy enfermo al nacer.
En tanto, investigaciones realizadas por los Institutos Nacionales de Salud indicaron por qué los fetos no se contagian con mayor frecuencia: las células de la placenta rara vez fabrican las dos herramientas que el coronavirus utiliza para penetrar. En cambio, hallaron en abundancia las que utilizan el zika y otros tipos de virus.
La mayoría de las investigaciones al momento han sido en mujeres que estaban en las últimas etapas del embarazo cuando contrajeron la enfermedad; se necesitan más investigaciones para casos de infección en etapas más tempranas.
El consejo para las mujeres embarazadas es el mismo: usar la mascarilla en público, lavarse las manos con frecuencia y permanecer al menos a dos metros de los demás para evitar el contagio.
Foto: vía Infobae