Ramón Querales: El más acucioso de los Cronistas de Barquisimeto
“…La menuda historia – por menuda no menos importante – necesita del artífice que la recoja y narre con pasión. Venezuela tiene sus historiadores románticos de la gran gesta, a lo Eduardo Blanco, o analistas de interpretación científica del devenir patrio a lo José Gil Fortoul, para sólo citas dos. Pero el acontecer diario de las ciudades, la anécdota aparentemente intrascendente, la acotación de horas gratas unas veces, heroicas otras, humorísticas las más, pasan sin homérico narrador u observador filosófico que las registre y las interprete. En ese momento nace el cronista citadino para anotar el cotidiano pasar, y por un escamoteo de la inteligencia inmovilizarlo – dándole categoría de perennidad – en la página narrativa que es impronta de un tiempo donde lo doméstico, lo social, lo artístico, el folklore y hasta el hecho trágico tienen cabida…”
Con este fragmento de las palabras del Dr. Alberto castillo Arráez, escritas para prologar el libro “Sol en las Bardas” de Eligio Macias Mujica, publicado en 1963, es decir, un año después del fallecimiento de Macias Mujica, quien fuese el primer Cronista Oficial de la Ciudad de Barquisimeto, iniciamos la entrega de hoy de Reseña de la Añoranza, por la formidable manera como el Dr. Castillo Arráez, esboza la figura y significación de un cronista, la importancia de su labor y la trascendencia de la misma.
Pues bien, no podía ser mejor nuestro inicio para referirnos a don Ramón Alberto Querales Montes, el más significativo de los Cronista que a nuestro parecer ha tenido Barquisimeto y con que ha contado Venezuela por múltiples circunstancias, especialmente por su pasión por la literatura, la poesía, la historia y el inmenso amor que le tuvo a su país.
Pero, ¿de dónde había salido este personaje?, ¿cuál era su origen y su disciplinada formación? cuyo aquilatamiento generó una figura de enrome cultura y de claros concepto del hombre y su circunstancia, como lo dijese una vez, José Ortega y Gasset, el filósofo y ensayista español, quien se contó entre los principales exponentes de la teoría del perspectivismo y de la razón vital e histórica, situado en el movimiento del novecentismo. Pero ese hombre y esa circunstancia, en Ramón Querales, era el venezolano ante los retos de su tiempo.
Y es que los retos de los hombres, comienza desde muy temprano, desde que empieza a vivir la realidad de su existencia en la niñez misma, donde lo sencillo aunado a la sabiduría popular, las consejas y respeto, hacían una cultura de trato y consideración para con los semejantes de altos méritos. Así, fue el ambiente donde viera la luz primera, el 4 de mayo de 1937, nuestro personaje de hoy y donde se criara, al noroeste del estado Lara, en la población de Matatere, siendo hijo de Carlos Querales y Elba del Carmen Montes. La vida del campo entre la naturaleza y las faenas propias del medio rural fueron forjando su personalidad y su carácter, cuyo espíritu sencillo a la postre preferirá la tranquilidad de la familia y la calidez hogareña que los compromisos sociales y los viajes, como se lo hace notar a la periodista Ivonne Briceño, en el Foro que le dedicó esta casa editora, publicado el 19 de mayo de 1991, a propósito de su nombramiento como Cronista Oficial del Municipio Iribarren.
![](https://nip.gwx.temporary.site/wp-content/uploads/2023/07/14-07-2023-RESE-1.JPGDon-Ramon-Alberto-Querales-Montes-quien-estreno-el-cargo-de-Cronista-Oficial-del-Municipio-Iribarren-y-que-vino-a-sustituri-el-de-Cronista-de-la-Ciudad-1-831x1024.jpg)
Entre sus andanzas y vivencias, contaba el propio Ramón Querales, que de arriero, cargador de agua, cultivador y pilador de maíz, pasó a “cachiflero”, es decir, buhonero en el campo, además de haberse desempeñado también como pulpero, vendedor de libros viejos y bisutería.
Sin embargo, la vida del campo no quedaba en esas faenas, sino que, después del estudio mañanero en la escuelita cercana a Matatere, casi religiosamente, según se lo comentó Querales a Ivonne Briceño, se formaban las “conversas” detrás de las casas, y a la sombra de algún cujisal, para la preparación de la cocuiza. Esas eran jornadas ricas en cuentos populares, adivinanzas, versos salidos de la sabia inspiración campesina, que tenían sus raíces en viejos romances españoles heredados de épocas pretéritas. Entre ellos “El caballito de los siete colores”, “El barco de mar y tierra”, “Las botas de siete leguas”, “Tío Tigre y Tío Conejo”, cuestos estos que afortunadamente se conservaban y que fueron despertando en él la pasión por la lectura, por el lenguaje, por el verso y la prosa. En ese fascinante mundo, jugará un papel protagónico su abuela María Quero, con sus consejos y replicas cuya musa criolla le encendió el alma.
Indudablemente, que ya Ramón Querales traía el alma aguijoneada por la literatura, por el arte y la inspiración que sublimiza al hombre donde quiera que se encuentre. Su formación como hemos visto, se nutrió de la cotidianidad, de la tradición y el folklore local de su terruño natal, la cual se inició en la escuela primaria del caserío San Pedro y luego del caserío Matatere, pasando por la escuela “Pío Tamayo” de Aguada Grande y la “Pablo Manzano Veloz” de Barquisimeto, para luego entrar en el Liceo “Lisandro Alvarado”, para al culminar, viajar hasta la ciudad de los caballeros, hasta Mérida, en cuya Universidad inicia Derecho, Humanidades y Economía, estudios que no concluyó, pero que sentaron las bases de una formación intelectual sólida y que se fortificará a través, de diversos viajes fuera de las fronteras patrias, que completaran un conocimiento amplio de la cultura universal.
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Para 1991, cuando Ramón Alberto Querales Montes fue nombrado Cronista Oficial del Municipio Iribarren, contaba con una estupenda estela de realizaciones, que enumeraban entonces, más de treinta años de producción investigativa y poética, cuyo legado se contabiliza hoy día, en más de 72 obras entre libros y folletos, alguno inéditos aun, que quedaron en espera de la oportunidad para su edición impresa, entre los que vieron la luz pública “Barquisimeto en un canto de los poetas”, “¿Dónde nació Juan Guillermo Iribarren?”, “A orillas del principio” dedicado a la nación ayamán, “Bibliografía y Hemerografía del Estado Lara (1557-1983)”, “Poesía y Narrativa larense”, “Cronología Documentada del teatro Juares”, “Nomenclaturas de Barquisimeto”, “El Grupo Teatral Lara”, “Apuntes para la Historia del Municipio Iribarren” y muy especialmente a nuestro juicio, “Reparaciones a la Historiografía del estado Lara” una obra cuya importancia es realmente medular, ya que viene a desmitificar una gran cantidad de desafortunados errores historiográficos, fruto del romanticismo de una mitología épica grandilocuente, de donde se ha generado una producción histórica imperfecta y parcial, muchas veces mito, leyenda o fraude consecuencia de algún desventurado momento de nuestra historiografía, copiada y reproducida con desprevenida ingenuidad hasta los actuales días, como el supuesto baile ofrecido al Libertador Simón Bolívar en su breve estadía en Barquisimeto en 1821.
Recordamos el memorable 24 de abril de 1991, cuando se juramentaba en el Salón de Sesiones del Centro de Historia Larense, don Ramón Querales, en un acto constituido por una Sesión especial del Concejo del Municipio Autónomo de Iribarren, que presidía el entonces Alcalde, Dr. Raúl Colmenárez. La Cámara Municipal ese día sesionó en pleno, con la presencia de autoridades y personalidades representativas de diversos sectores de la comunidad, reunidos en torno al escritor e historiador, en el momento cuando era distinguido con el nombramiento de Cronista Oficial del Municipio Iribarren, como reconocimiento a 25 años dedicados a la historia, la investigación literaria y documental del estado Lara.
Ramón Querales, en sus palabras expresó el hecho de asumir con humildad el compromiso: “…lo cual debe entenderse no como una lacayuna actitud frente a los poderes y frente a los criterios de autoridad, sino mentalidad abierta, espíritu desnudo que ni prejuzga ni adopta dogmas, visión amplia para distinguir en la prueba del documento el contenido prejuicioso o banderizado que sólo es una parte de la verdad histórica…”
Querales, en esa ocasión, no dejó pasar la oportunidad para enfatizar en sus palabras, que no se sumaría a “…quienes pretenden enmascarar y utilizar la historia para sus propios beneficios…” puesto que para él la historia regional “…no puede seguir siendo fácil recurso para disfrazar nuestro pasado y mortificar el presente, sino instrumento fundamental para reconocernos bien y construir nuestras propias ideas, planes de la vida social, con bases firmes, auténticas raíces, sin saltos en el vacío, continuación superior de la vida de un pueblo iniciada en los fondos lejanos de la prehistoria cuyas características principales apenas empezamos a conocer, enriquecida sin los aportes de cada generación en el transcurso de los siglos…” Finalizaba sus palabras aquel memorable día: “…Me apoyaré en aquel consejo de Alonso Quijano, mi señor don Quijote de la Mancha, dio a su fiel escudero, nuestro inefable hermano Sancho Panza: “…procura descubrir la verdad por entre las promesas y dádivas del rico como por entre los sollozos e importunidades del pobre…” Solemnemente me comprometo…”
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En el Foro de El Informador, hecho por Ivonne Briceño con motivo de su juramentación como Cronista expresó: “…No son estos los mejores tiempos para trabajos de la cultura y la historia, porque vivimos días de connotadas indecencias, de prominentes bellaquerías que sacuden inmisericordes la tranquilidad moral de la patria y se muestran como si ellos expresaran la real conducta de los venezolanos…”
Cualquier parecido con la actualidad es pura coincidencia, pero que lapidarias expresiones, las de Ramón Querales al momento de asumir la alta responsabilidad de haber sido nombrado Cronista Oficial del Municipio Iribarren. Cuyo cargo además se debe a la tenacidad del propio Querales, que gestionó una reforma de la entonces, Ley Orgánica de Régimen Municipal, para que el Cronista de la Ciudad, se convirtiese en Cronista Ofcial del Municipio, lo que logró y con lo cual la figura no sólo se mantuvo, sino que se le adicionaron nuevos elementos al sancionarse la Ley Organiza del Poder Público Municipal, que derogó la anterior. De la misma forma, a través de la Asociación de Cronistas de Venezuela desplegó una labor encomiable y lo puso de manifiesto al haber sido Barquisimeto, sede de la 25 Asamblea Anual de Cronistas de Venezuela, cuya programación fue extensa, variada y con muestras culturales de diversas disciplinas artísticas que fueron del deleite de todos los visitantes.
La obra literaria de Ramón Querales, le proporcionó en vida grandes satisfacciones, recibiendo importantes galardones locales, regionales y nacionales, como también internacionales. Su obra investigativa le valió ser miembro de la Academia Nacional de la Historia y su dedicación, disciplina y una vocación que rayaba en pasión, nos legó una historiografía depurada de mitos, leyendas y falsedades, que viene a clarificar la realidad histórica de manera contundente hasta donde el tiempo se lo permitió.
Al concedérsele la jubilación como funcionario público, quedaron muchos anhelos pendientes, muchos sueños frustrados, obras sin publicar y el pesar de no haber logrado que la Ofician del Cronista contase con una política definida que le brindase apoyo a su trabajo. Como lo decía él mismo: “…se ha dicho, pero del dicho al hecho hay mucho trecho, que serán otorgados recursos para realizar los proyectos del Cronista. Ojalá sea así. Porque actualmente no se puede conocer la historia de la ciudad conversando con los pobladores. Ahora se hace necesario contar con un equipo de profesionales, de técnicos relacionados con la investigación que se realice, así como apoyo de recursos físicos que permitiría hacer uso de la información para dinamizar el trabajo…”
Visto a la distancia, podemos afirmar que fue titánica la labor de don Ramón Alberto Querales Montes, como Cronista Oficial del Municipio Iribarren, fue realmente admirable la tenacidad de su trabajo incansable mientras estuvo activo en el cargo, armando folletos con una fotocopiadora en su oficina, donde se cortaba el papel, se engrapaban las páginas impresas y se engomaba la portada, todo en papel bond, cuya producción enriqueció al público que frecuentemente acudía a su oficina, primero en la plata baja del Palacio Municipal, luego celebramos su mudanza a la Casa de Eustoquio y de allí, lamentablemente al estacionamiento municipal, en el ángulo noroeste de la carrera 14 con la calle 26 detrás del cuartel Jacinto Lara. Siempre nos recibió con cordialidad, eran un gran conversador, dada su elevada cultura e intelectualidad, compartimos junto a él en la en el Festival de la Cultura del Caribe en Santiago de Cuba, y en varias Convencionales Nacionales de Cronista de Venezuela, a las cuales tuvo a bien invitarnos.
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Finalmente, la flama vital de su existencia se apagó el 22 de octubre de 2015, dejándonos un ejemplo digno a seguir por su verticalidad, su tenacidad, la fidelidad a su supremo ideal, que fue creciendo en la medida que su conocimiento se expandía y gracias al cual, se convirtió, además, del primer Cronista Oficial del Municipio Iribarren, en el Cronista más acucioso que ha tenido la ciudad indiscutiblemente.
Nos despedimos con las propias palabras de don Ramón Querales, pronunciadas en el acto de su juramentación el miércoles 25 de abril de 1991: “…Los entusiasmos de hoy andan más bien por las veredas del lucro fácil y la promoción personal que por la satisfacción verdadera de las esperanzas populares; los pueblos incluso, ya no piensan en patria grande como en los tiempos heroicos, sino en reivindicaciones pequeñas e inmediatas que pueden obtener tan sólo con aplaudir alguna de las ofertas demagógicas que abundan en el bazar de la politiquería mediana de nuestro país…”
“…Barquisimeto es una gran ciudad y debemos preocuparnos por cuidarla…” – Ramón Querales 2005 –
Barquisimeto, domingo 16 de julio 2023.
Fuentes Consultadas:
Briceño, I. (1991, mayo 19) Ramón Querales: Entre la fantasía y la realidad. El Informador, p.1B. Barquisimeto. Venezuela.
Claudio, I. (1992, septiembre 15). Sesión Solemne en el Concejo. Barquisimeto, 440 años. El Informador, p.5A. Barquisimeto. Venezuela.
Encinoza, E. (2005, septiembre 14) Barquisimeto es una gran ciudad y debemos preocuparnos por cuidarla. El Informador, p.A7. Barquisimeto. Venezuela.
Guanipa, M. (1991, abril 25) Iniciaré un trabajo enciclopédico sobre el Municipio. El Impulso, p.B-8. Barquisimeto. Venezuela.
Macias. E. (1963) Sol en las Bardas. Imprenta del Estado Lara. Barquisimeto. Venezuela.