El mánager Tony La Russa en ocasiones pierde la paciencia y se convierte en un “perrocaliente” ante cualquier jugada o cuenta cerrada ante un bateador de su club, lo que el domingo motivó su expulsión número 90 y la segunda este año en las Grandes Ligas, que ocurrió el domingo en derrota de los Medias Blancas 5-3 ante los Yanquis de Nueva York de locales en el Guarantee Rate Field.
El piloto se vio obligado a ver el revés de su club desde su oficina, tras ser despedido por el árbitro principal Mike Estabrook en el octavo inning, en el momento de La Russa entrar al terreno y protestar un tercer strike cantado al jardinero dominicano Eloy Jiménez. Luego de la decisión del umpire se retiró calladito del lugar.
El lanzamiento que generó la discusión pasó por la parte baja de la zona de strike, según Statcast, lo que significa que La Russa tuvo razón, pero el árbitro Estabrook hizo valer su condición de dueño del escenario cuando se trata de imponer autoridad u orden en los partidos. En poco lo que se puede hacer en el instante de un umpire asumir una decisión.
Antonio José Seijas vía MLB.com
Foto: Tony La Russa un “perrocaliente” a la hora de discutir una jugada