Los frutos secos han de formar parte de la dieta habitual, ya que son alimentos que destacan por su densidad nutricional y por el contenido de sustancias beneficiosas. Gozan de características organolépticas, y se pueden incluir en preparaciones culinarias complejas o consumir de manera aislada en cualquier refrigerio.
Si las combinan de forma óptima con el yogur, consiguiendo así un producto con un alto contenido en nutrientes. Suponen una opción para cubrir desayunos y meriendas.
Sin embargo, ten en cuenta que en algunas personas han desarrollado alergias a estos alimentos o simplemente no le sientan bien. En este caso será preciso observar los etiquetados para evitar intoxicaciones que pongan en riesgo la salud.
¿Qué nutrientes se alteran?
El tostado de los frutos secos puede alterar su valor nutricional. Algunas de las formas son las que te mencionamos a continuación:
Grasas
Los lípidos son capaces de transformar su configuración espacial cuando son sometidos a altas temperaturas, pasando de cis a trans. Estos últimos cuentan con propiedades inflamatorias y se catalogan como nocivos para la salud, reseña Mejor con Salud.
De todos modos, los saturados son los más susceptibles a dicha transformación. En el caso de los frutos secos, casi todos son insaturados, por lo que se afectan menos.
Antioxidantes
Algunos compuestos antioxidantes pueden inactivarse si se someten a las altas temperaturas, lo que provoca una pérdida del valor nutricional del alimento en cuestión. Cabe destacar que dichos elementos son capaces de neutralizar la formación de radicales libres, reduciendo el riesgo de enfermar a mediano plazo.
Antinutrientes
En la otra cara de la moneda, varios antinutrientes contenidos en los frutos secos, como el ácido fítico, se inactivan también bajo altas temperaturas. Esto provoca un mayor aprovechamiento de minerales como el hierro y el calcio, que en ocasiones se ven limitados por la presencia de compuestos que dificultan su absorción. S